¿Qué hace a un personaje único e inolvidable?… Será acaso su belleza física, su voz, su calidad, un estilo propio?… “Ahí esta el detalle”, diría el siempre bien recordado, Mario Moreno “Cantinflas
¿Qué hace a un personaje único e inolvidable?… Será acaso su belleza física, su voz, su calidad, un estilo propio?… “Ahí esta el detalle”, diría el siempre bien recordado, Mario Moreno “Cantinflas” Este 20 de Abril cumplirá 14 años de fallecido y aún sigue siendo muy admirado, respetado y aclamado como lo fue en vida e incluso pudiéramos decir que ahora, con más fuerza. Inmortalizado por la Real Academia de la Lengua Española al aceptar en su honor, el verbo ”cantinflear”, que es el arte de hablar mucho, sin decir nada en concreto, Cantinflas se encumbró como un gran comediante e ídolo del cine mexicano.
Mario Moreno nació en 1911, el seno de una familia humilde, hijo de un cartero, vivió su infancia en un barrio periférico de la capital mexicana. Allí, debido a las carencias económicas, se vio obligado a ganarse el pan desde muy joven. Fue así que comenzó a trabajar como boxeador, bajo el seudónimo de “Chatoperro”. Luego fue torero y bailarín, hasta que decidió enlistarse como voluntario en el ejército; sin embargo, acabó por trabajar en carpas ó teatros ambulantes. Fue aquí donde su destino cambió…
SU PRIMER “DEBUT”
La primera actuación de Mario acontenció en una carpa en la que trabajaba como barrendero, pero según contó, ésta no fue nada placentera: “Un día la función tardaba en empezar, así que el director de la compañía me empujó al escenario para que calmara al público. Como no tenía costumbre de actuar, me puse nervioso y mis palabras salieron atropelladas. Dije mucho, pero a la vez no dije nada. El público creyó que era una actuación humorista preparada y aplaudió con fuerza”. Un espectador, creyéndolo ebrio por las incoherencias que soltaba, le gritó: “¡En la cantina «inflas»”! (te emborrachas), así fue como nació Cantinflas. En las siguientes funciones, el director lo puso a que repitiera sus insensateces.
Vestido a lo “Peladillo”
Ya en escena, Mario adoptó la vestimenta de los “peladitos”, como les decían en los años 30 a los que, en los mercados cargaban las canastas de las señoras, a cambio del pago de unas monedas. Se puso una camiseta vieja de manga larga, pantalones anchos y parchados que parecían estar a punto de caérsele porque sólo los sostenía un cordel que la hacía de cinturón, una tira de tela sobre un hombro era “la gabardina”, zapatos viejos y muy grandes y un gorro de fieltro, igual de viejo y roto.
Para parecerse más a un ‘peladito’, Mario aprendió el singular lenguaje de ellos, popularizándolo entre todos los mexicanos y después en todo hispanoamérica e inclusive España. Decía: es “gacho” por es desagradable, “changuitas” eran las muchachas, “joven” a viejos más arrugados que una pasa. Usó frases como: “No hay que ser”, te estoy “tlachando” (del náhuatl tlachía, mirar, espiar), vete a “volar”, y su más reconocida y célebre frase, “ahí está el detalle”.
En la carpa y después en el teatro Folies se dedicó a atacar a los políticos corruptos, motivo por el que un día un funcionario sinvergüenza cerró el teatro. Esa misma noche el público se amotinó, por lo que el “burócrata” tuvo que acudir al teatro a revocar su orden, recibiendo del pueblo una rechifla que lo hizo huir, como dijo el mismo Cantinflas, “con la cola entre las patas”
HOMBRE CARITATIVO
Mario Moreno siempre ayudó a sus semejantes. El sueldo de su primer día en el Folies, lo repartió entre los pobres. Ya siendo actor de cine, junto con Jorge Negrete expulsaron a un líder que explotaba a los actores y técnicos, a pesar de que contaba con el apoyo de la CTM y de políticos. Cantinflas regalaba hasta millón y medio de dólares al año a pobres que le pedían para pagar la renta, comprar herramientas para su oficio, para desempeñar máquinas de coser con las que las mujeres se ganaban la vida, para pagar hospitalizaciones, operaciones de cirugía, etc. Sostenía en Ixtlahuaca, Edo. de Méx., una escuela para 400 niños pobres.
En la colonia Granjas construyó 64 casas que vendió a familias pobres, por el simbólico pago de ¡dos pesos al mes!, donó millones para instituciones benéficas y para la cura del cáncer.
SU VIDA SENTIMENTAL
A los 23 años, Mario contrajo matrimonio con la bailarina rusa Valentina Ivanova, de 19. No tuvieron hijos y en 1960 adoptaron al niño Mario Arturo. Valentina murió de cáncer en 1966. Después tuvo varios amores, uno con Irán Eroy, pero nunca se casaron, y se dice que estuvo enamorado platónicamente de la actriz española Carmen Sevilla y también convivió con Joyce Jett. Enfermo de cáncer de pulmón, expresó: “Eso de morirse, «pos» cuanto más tarde mejor. Me gusta estar vivito y coleando, «pos» cuando uno se muere, ya no resucita, y morirse por morirse, no resulta muy divertido”. Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes, “Cantinflas” el hombre a quien Charles Chaplin definió como el hombre más cómico del mundo, murió en 1993, a los 81 años, dejando un gran legado que aún se recuerda con gran cariño y admiración, no sólo por el pueblo mexicano sino por el mundo de habla hispana!
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