México es un país de muchas y muy variadas tradiciones, que a pesar del paso del tiempo no se pierden, ni pierden la alegría, el desenfado, ni ese sentido del humor, a veces poco entendido que caracteriza al pueblo, tal es el caso de la celebración del “Día de Muertos” una tradición que es mezcla de jolgorio, y veneración. Y es una de sus festividades típicas que se celebran a lo largo y ancho del territorio. En este día se recuerda a todos aquellos que partieron, y a pesar de ser un tema serio, esta festividad se celebra alegremente y con mucho colorido.
Aunque no sólo en México se celebra esta costumbre, sino también se practica en algunos países de Centroamérica y en ciertas comunidades hispanas de Estados Unidos, se lleva a efecto los días 1 y 2 de Noviembre, tiene orígenes prehispánicos. En todas las culturas del México antiguo (Mayas, Olmecas, Mexicas, etc.), la muerte ocupaba un lugar preponderante. Según la creencia de la civilización mexicana antigua, cuando el individuo muere su espíritu continúa viviendo en Mictlán, lugar de residencia de las almas que han dejado la vida terrenal. Dioses benevolentes crearon este recinto ideal que nada tiene de tenebroso y es más bien, tranquilo y agradable, donde las almas reposan plácidamente hasta el día, designado por la costumbre, en que retornan a sus antiguos hogares para visitar a sus parientes.
Relatan que en este recinto de espera, todos eran recibidos sin importar pecadillo alguno. Muchos de ellos se convertían en dioses, según hubiera sido su muerte. Los guerreros muertos en combate, se convertían en aves de plumaje muy colorido, que tenían la misión de acompañar al sol en su recorrido diario, especialmente al amanecer en el atardecer.
Las mujeres que morían en su primer parto, recibían el nombre de Cihuateteo, y también tenían un lugar especial en el Mictlán. Pero el viaje a Mictlán era peligroso. Los muertos tenían que atravesar un río muy profundo, escalar montañas, pelear con fieras salvajes, etc. Por eso, cuando moría una persona era enterrada con una ofrenda, que consistía en cuchillos de obsidiana, comida y bebida suficiente para el viaje, un perro que los acompañara y si el muerto era un personaje importante, lo enterraban con algunos sirvientes.
CELEBRACION EN MEXICO
Para el mexicano el Día de Muertos representa mucho más que la veneración de los difuntos, podría decirse que, a diferencia de otros latinoamericanos, este día es para celebrar la vida, burlarse de la muerte, jugar e incluso convivir con la muerte misma.
En la cotidianeidad del mexicano la muerte aparece salpicada de picardía, y en este día en particular, todos los cementerios del país se llenan de gente que está ansiosa de compartir esta sagrada fecha con sus difuntos. Familiares y amigos llegan a la tumba de su ser querido, con flores, algunos llevan comida para disfrutar en compañía de sus difuntos, otros hasta músicos llevan para alegrar el momento que pasan en el cementerio con sus seres queridos y muchas veces los familiares y amigos deciden continuar la fiesta en la casa de alguno de ellos, quizás pensando en el ya célebre dicho popular: “El muerto al cajón y el vivo al fiestón”.
Igualmente, como parte de ese celebración se preparan el altar-ofrenda es un rito respetuoso a la memoria de los muertos, su propósito es atraer sus espíritus. Consiste en obsequiar a los difuntos que regresan ese día a convivir con sus familiares, con los alimentos y objetos preferidos por ellos en vida, para que vuelvan a gozar durante su breve visita. En la ofrenda o altar de los muertos no deben faltar la representación de los cuatro elementos primordiales de la naturaleza.
Tierra, representada por sus frutos que alimentan a las ánimas con su aroma.
Viento, representado por algo que se mueva, tan ligero como el viento, empleándose generalmente papel picado o papel de china.
Agua, un recipiente para que las ánimas calmen su sed después del largo camino que recorren para llegar hasta su altar.
Otra peculiaridad de este festejo es crear las famosas calaveritas en los que se ridiculiza a cualquier personaje vivo. Los esqueletos se encuentran por cantidades en esculturas de papel maché y en juguetes. Todas ellas expresando la dualidad de la vida y la muerte de la existencia humana.
Pese a la influencia de otras costumbres extranjeras, esta tradición se ha conservado como parte de nuestra cultura, sobre todo fuera de los grandes centros urbanos y sus diferentes costumbres se han transmitido de generación en generación. Al margen del origen de esta fecha, con el tiempo se ha convertido en una fiesta pagana en donde el jolgorio, la comelitona e incluso la borrachera, son parte integral en esta increíble celebración de el Día de Muertos. Donde nos brinda la oportunidad de recordar a nuestros difuntos y recuperar lo que nos han legado.
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