La transición de la infancia a la vida adulta trae consigo un cambio de roles difícil de maniobrar. Los padres sufren una fuerte presión a la hora de lanzar a sus hijos a una vida adulta exitosa. Los siguientes son algunos consejos que pueden ayudar a los padres a dejar que sus hijos adultos sean adultos.
Los padres han pasado tantos años criando a sus hijos que puede resultarles difícil ceder parte de ese control paterno y permitir que sus hijos sean adultos. Un ejemplo es el de un adolescente que aprende a conducir. Inicialmente, el padre o la madre necesitan estar en el auto con ese adolescente para darle instrucciones y asegurarse de que conduzca correctamente y a salvo, pero a medida que el adolescente adquiere experiencia detrás del volante, los padres no tienen que darle tantas instrucciones y a la larga no necesitan estar en el auto con él.
Lo mismo pasa con los hijos que crecen. Cuando un hijo es pequeño necesita mucho cuidado, pero a medida que crece no necesita la misma cantidad de entrenamiento y a la larga necesita que le dejen espacio para ser autónomo.
Los hijos adultos deben saber qué significa ser adulto. Mientras eso ocurre, el hijo probablemente se desviará posiblemente de algunas de las lecciones que sus padres le enseñaron, puede disentir en religión o política, pero esa autonomía es necesaria para que se desarrolle como un adulto sano. Necesita la posibilidad de desarrollar una identidad independiente.
Este es un buen consejo en materia de comunicación para cualquier relación, pero especialmente en esta relación padre/hijo adulto. Parte del rol de los padres durante 18 años fue dar consejos. Para el hijo adulto, no es fácil aceptar consejos de sus padres; especialmente cuando no los piden. Después de años dando consejos, ahora es tiempo de hacerse a un lado y pasar más tiempo escuchando que dando consejos que pueden llevar a su hijo adulto a sentirse aislado, menospreciado y afrentado.
Habrá conflictos. Evitarlos genera tensión, discusiones y malentendidos. Las cosas no tienen por qué desbordarse. Es importante que ambas partes se expresen, se escuchen y lleguen a una resolución. Cuando los hijos son jóvenes, los conflictos que los afectaban se referían a lavarse los dientes, irse a acostar y realizar quehaceres. El conflicto se resolvía en general cuando el padre decía “lo harás”. Esos hijos ahora son adultos y los conflictos son diferentes.
Los padres deben acercarse al conflicto reconociendo que ya no tienen el mismo control sobre la vida de su hijo y que necesitarán comunicarse con los hijos adultos de una manera diferente de cuando eran más pequeños.
Si un amigo de la familia se acercara para empezar a criticar a su hijo, los padres se enojarían y se pondrían a la defensiva. Como padres, es posible que no les guste un amigo o amiga de su hijo/a o no estén de acuerdo con la elección de pareja que ha hecho, pero a menos que su hijo esté en peligro de sufrir algo grave, es importante aceptar a quienes son importantes en la vida los hijos adultos.
Esto puede hacerse demostrando interés por esa persona, por eso hay que incluirla en actividades y no hablando mal ni criticándola.
¿Alguna vez asistió a un evento familiar donde al entrar el hijo adulto y los nietos los abuelos fueron directamente a los nietos para saludarlos, pero dejando a sus propios hijos ‘a un lado… Al igual que los nietos, a los hijos adultos les encanta ver que sus padres los siguen amando igual que antes. Como padres, es importante no olvidar que existe una necesidad continua de nutrir la relación con los propios hijos además de los nietos.
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