Muchas veces nuestra posición frente a los problemas es reactiva, ¿qué quiere decir esto?, que reaccionamos en lugar de actuar, esperamos que algo ocurra que solucione las cosas, como por arte de magia, nos convertimos en víctimas, no nos involucramos, no nos hacemos cargo de nuestra participación directa o indirecta en el resultado.
Lamentablemente, desde esta actitud de no hacer nada, no ganamos nada, sino seguir en la misma situación o empeorar la misma.
La clave para posicionarte frente a un problema es no verlo como un problema, sino como un quiebre. Te voy a explicar por qué.
Cuando nos referimos a un problema, sentimos en esta palabra una connotación negativa y que genera en nuestro ser un estado de ánimo alicaído que nonos predispone de una buena manera a enfrentarlo. Es como si ya de entrada nos predisponemos a que no solucionaremos el problema o que simplemente, hagamos lo que hagamos, nos saldrá mal.
En cambio, si interpretamos la situación que estamos viviendo como un quiebre, como una rotura total, podemos tener “la sartén por el mango”. La situación no deseada que estamos viviendo, puede convertirse en negativo o positivo según la interpretación que le demos a lo que ocurrió.
Los problemas existen por sí mismos, mientras que viven en nuestra mente como interpretaciones de lo sucedido y esto es lo que nos otorga poder para decidir cómo enfrentarnos, desde una posición protagonista, proactiva, que busca soluciones, más que quedarse en las quejas que no nos llevan a ningún lado.
Si nos referimos a la situación no deseada como “problema”, pareciera ser que existe sólo un camino de acción para resolverlo.
La clave para posicionarte frente a los problemas, es tener en cuenta que:
Si cambias la interpretación de lo sucedido, puedes estar frente a una oportunidad. Todo problema esconde una o más oportunidades.
Muchos de los problemas que atraviesas se resuelven como tales o se convierten en oportunidades de aprendizaje si intervienes en la interpretación que tienes de ellos.
Esta nueva interpretación nos permite actuar adelantándonos a los posibles problemas que pudieran aparecer. Si nos posicionamos como protagonistas, podremos “adelantarnos” a los problemas para solucionarlos, tomando acción inmediata. ¿Por qué esperar que a “explote” todo, si podemos hacer algo positivo?
A continuación te propongo algunas preguntas para que trabajes contigo mismo en un problema que estés atravesando, y seas protagonista del mismo, buscando soluciones al menos las que estén a tu alcance. Puedes utilizar estas preguntas para cualquier problema que estés atravesando:
1. Escribe un problema que estés viviendo en este momento.
2. ¿Cómo podrías re-formularlo diferente para transformarlo en un problema positivo?
3. ¿Qué ocurriría si te haces cargo del problema aceptando tu participación en él? ¿Qué podría cambiar?
“La preocupación no vacía el mañana de problemas, vacía el hoy de su fuerza.
Observa con cuidado los grandes problemas, pues disfrazan las grandes oportunidades”
Todo depende de ti, enfrenta las situaciones de la vida tal cual vienen, no te pongas en el papel de víctima, así no llegarás a nada. ¡Sí puedes salir de todos los problemas, siempre y cuando… Quieras!
Extractado: “La clave para posicionarte frente a los problemas
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