En esta época de lluvias y fríos debemos tener mucha precaución al manejar, tenemos que estar preparados para evitar cualquier accidente. Por eso hoy te daremos algunos consejitos para que evites una tragedia.
Cuando llueve es más fácil que el agua pueda llegar a convertirse en uno de los peores enemigos a la hora de subir a un vehículo o caminar por las calles, ya que además de disminuir la visibilidad de conductores y peatones, reduce la adherencia de los vehículos al pavimento
Uno de los principales factores que influyen en que ocurran accidentes de tránsito, se produce cuando el neumático no es capaz de desvanecer la cantidad de agua depositada sobre la superficie. El agua forma una especie de almohada bajo el neumático, que evita que éste entre en contacto con el pavimento, produciendo un deslizamiento incontrolado del vehículo.
Frente a esta situación la mejor solución es mantener firme la dirección, evitar frenazos y aceleradas bruscas, mantener una velocidad permanente para evitar transferencias de masas que puedan provocar desplazamientos, además de preocuparse por el buen estado de los neumáticos.
Para eso es necesario, seguir las siguientes recomendaciones:
• Al poner en marcha el vehículo, debe encender, durante algunos minutos, el aire frío sobre el desempañador y encender el desempañador posterior.
• Mantener las luces libres de barro.
• Verificar que los neumáticos estén en buenas condiciones y con la presión recomendada.
• Manejar a poca velocidad y mantener una mayor distancia del vehículo de adelante.
• Antes de llegar a las intersecciones tocar el pedal del freno para estar seguros de que está funcionando correctamente y tener suficiente espacio para reaccionar en caso de que no funcionen.
• Verificar que los limpiaparabrisas no estén gastados o secos por del sol
• Recuerde que la distancia de frenado se duplica en el pavimento mojado.
• Circule con las luces encendidas durante todo el día.
• Donde haya peatones circule a velocidad reducida para evitar mojarlos. Respete a los demás.
Ahora también existen varios tipos de neblina: la ligera y densa; la espesa e impenetrable. Es necesario tener presente el factor básico: encender las luces -sin importar el tipo de neblina-, y no para nosotros ver, sino para que los otros conductores nos vean. Así entonces, frente a la neblina estas deben ser las dos principales reglas: “Reduzca la velocidad y no se olvide de encender las luces.
La neblina presenta un fenómeno llamado reflectividad de la neblina, que es el rechazo de la luz de su vehículo por la neblina, se debe a que ésta se encuentra formada por una cantidad de pequeñísimas gotas que son las que rechazan la luz, la cual regresa directamente hacia los ojos del conductor, dando la misma sensación que un espejo.
En estos casos la luz baja es más eficaz que la luz alta. La ventaja de la luz amarilla o focos antineblina es que los focos o faros están situados debajo de los focos corrientes, lo que les permite penetrar la neblina con más facilidad.
La neblina, al igual que la lluvia, moja el pavimento de las calles, formando una capa de agua en extremo deslizante, altamente resbaladiza, sobre la cual pierden la adherencia las llantas, aun las mejores. Cuando el piso está mojado, hay más probabilidades de patinar que cuando está seco. Con llantas en buen estado, la pérdida de adherencia puede disminuir en un 50%. De ahí la importancia de andar siempre con buenas llantas.
Frente a la posibilidad de patinar debe reducir la velocidad, andar con buenas llantas, no importa la marca, lo importante es el estado de las mismas. En caso de patinazo debe dirigir las llantas en el sentido o dirección del patinazo. ¡Siempre con cuidado!
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