CREMA ANTIENVEJECIMIENTO

Dice un dicho que “La cana engaña, el diente miente y la arruga no deja duda”, que es un signo inequívoco de la edad. Sin embargo, no todos envejecemos igual y hay quienes pueden tener un aspecto juvenil.

Nuestro cuerpo está renovando a cada instante las células que lo componen. Se calcula que en siete años renovamos todas nuestras células. Parte de lo que notamos como edad son imperfecciones en el proceso de copiado. Es por eso que los tejidos se van deteriorando. Alcanzamos la plenitud física alrededor de los 25-30 años y después envejecemos según nos cuidamos. Los errores en las copias de las células se producen de manera natural porque se oxidan las células gracias a los mecanismos con que respiran. No podemos evitarlo, pero sí podemos ayudar a que los errores se retrasen. Se logra por medio de una vida sana, comer bien y beber mucha agua. Aunque también tenemos remedios naturales tópicos como esta crema para la piel:

Ingredientes

• 3/4 de taza de aceite virgen de oliva o de aceite de jojoba.
• Una taza tibia de agua de rosas.
• 1/2 onza de cera de abejas natural.
• 15 gotas de aceite de árbol de té (tea tree oil).
• 15 gotas de aceite esencial de lavanda (lavender).
• 15 gotas de aceite esencial de incienso (frankincense).
• 15 gotas de aceite esencial de mirra (myrrh).
• 5 cápsulas de aceite de vitamina E.

Preparación

1. En baño maría se pone la mitad del aceite y la cera hasta que se disuelva.
2. Se deja enfriar hasta que se pueda tocar la mezcla.
3. Se vierte la mezcla en una licuadora junto con la otra mitad del aceite.
4. Con la licuadora en la velocidad más lenta, se comienza a vaciar lentamente el agua de rosas, para que mezcle bien y se vaya formando la crema.
5. Hay que ir echando poco a poco las gotas de los aceites esenciales así como el contenido de las cápsulas de vitamina E.
6. Guardar la mezcla en frascos limpios. Para que dure más, es bueno mantener los frascos de crema bajo refrigeración.

Uso

La crema debe aplicarse en la cara y en el cuerpo mezclada a su vez con azúcar. Se trata de dar un suave masaje para ir puliendo la piel y permitiendo la exfoliación. Verá desde la primera aplicación que su piel queda fresca y renovada, suavecita, como de bebé.