Seguramente este es un tema que muchas de nosotras estamos viviendo en casa, cuando nuestra pareja gana menos dinero o tiene un trabajo no tan importante. En este caso tenemos que ser muy inteligentes para saber sobrellevar la situación, sobre todo para que ellos no se sientan disminuidos.
Hace un tiempo una amiga me contó que le envió flores a su marido con una tarjeta invitándolo a tener una cena privada y romántica “sólo él y ella”, con el fin de celebrar juntos un maravilloso acenso que había recibido. Donde tendría más responsabilidades, y donde ganaría tres veces más que él.
Ella estaba tan contenta, ama su trabajo, se sentía realizada, útil, capaz. Todo le estaba saliendo como siempre lo había soñado, el trabajo perfecto, a su lado el amor de su vida, y unos hijos maravillosos. Y él en cambio, odiaba su trabajo y el de ella.
Esa cena romántica se convirtió en todo un desastre, cuando él recibió la noticia. Fue ahí donde comenzaron los cuestionamientos sobre las llamadas de su jefe a cualquier hora, el descuido en la crianza de los hijos, y el abandono a la relación de pareja que tenían. El problema es que él se sentía abandonado, con miedo a perderla, y siente envidia y no sabe cómo expresarla.
Esta es una situación muy normal en muchos matrimonios, donde la exitosa es ella; muchos dicen que el amor no tiene precio, sin embargo para algunas parejas de hoy no es posible amar sin hacer cuentas. Un estudio realizado dice que el 40% de las separaciones es por incompatibilidad financiera y ascensos profesionales no compartidos, y lamentablemente están más presentes que nunca.
Los hombres que ganan menos que la mujer se sienten avergonzados, amenazados en su papel de proveedores, piensan que han perdido una de las bases de la masculinidad. Para cualquier hombre el dinero es igual a poder y respeto.
El ganar menos que su mujer es faltar como hombres, es ser menos, es valer menos, es perder la hombría, y todo esto se asocia con una manera negativa hacia la mujer. A diferencia de nosotras, los hombres se creen del tamaño de su cheque.
Las mujeres independientes, pensamos en el bienestar de la familia, invirtiendo en lo privado, en el bienestar del hogar, a diferencia del hombre que sólo busca tener un mejor status, para presumir.
Como mujeres independientes no solo tenemos que cuidar nuestro trabajo, sino que también tenemos que hacer un trabajo extra en casa, para motivar a nuestra pareja a que crezca, y comprenda que en este caso la oportunidad se le presentó a ella, pero que si hubiera sido al revés ella estuviera muy feliz por el progreso de él como persona y profesional.
Nos convertimos es una especie de motivadoras personales de nuestras parejas, dando confianza, recomendando, ofreciendo opiniones positivas, empujando, para que ese hombre que por un momento se sintió menos logre recuperar la confianza en sí mismo.
Como siempre menciono, el trabajo de una mujer nunca se termina. ¡Buena suerte!
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine