Cuida la alimentación de tu familia

Y les estarás regalando las herramientas para que aprendan a comer con calidad

Hola amiga, sabemos que el cuidado de la salud de la familia recae sobre las amas de casa.  Porque somos nosotras las que estamos al tanto de lo que consumen los chicos y nuestro esposo o pareja.

   Si tú quieres que las personas que amas tengan una vida saludable, empieza por crear buenos hábitos alimenticios, solo así podemos ayudar al organismo a deteriorarse menos.

   ¿Sabes lo que puedes hacer? Establece un menú semanal para tu familia donde se incluyan frutas verduras y agua; de la misma manera, reduce el consumo de comidas chatarra, yo sé que los niños se resistirán al principio, pero si tú los guías ellos seguirán tu ejemplo.

   ¡Cuidar lo que comen desde el primer momento! 

  La alimentación de los más pequeños suele ser para algunos padres uno de los asuntos más difíciles de tratar en su educación. La negativa de los niños a tomar comida saludable o su empeño en abusar de dulces y productos altamente calóricos, puede crear en ellos unos hábitos nefastos que les acompañarán en su futuro.

  Por este motivo, es muy importante que nos preocupemos de la alimentación de los menores desde que son bebés, ya que a medida que crezcan les será más difícil quitarse los malos hábitos. Todos sabemos que su dieta debe ser variada, con una presencia importante de fruta o verduras. 

  Los niños son como esponjas, imitan lo que ven y toman como referente a sus padres y a otros adultos que les rodean.  Es aconsejable que todos comamos lo mismo, para que los niños aprendan con el ejemplo. De esta forma, el niño no verá extraños ciertos alimentos ni se negará a probar alguna comida que es habitual en la familia.

   En este sentido, las rutinas durante las comidas también le afectarán. Hay que procurar que coman a un horario más o menos concreto y, muy importante, que la forma de comer también sea la adecuada. Es decir, si los adultos estamos acostumbrados a comer muy rápido, a desayunar muy poco o a masticar a toda velocidad, los niños inconscientemente adquirirán esas costumbres.

   El desayuno es la comida más importante del día. El hábito de despertarse un poco antes y empezar el día con una alimentación saludable puede parecer un suplicio para los más dormilones, pero es necesario para su buen desarrollo.

   Y si no quiere comer, ¿qué hago?   Muchas veces los niños se resisten a comer ciertos alimentos, pero debemos saber diferenciar entre alguno concreto que no les guste, con que haya alguna clase de alimentos que rechacen, como el pescado, la fruta o la verdura. No nos engañemos, todos tenemos determinadas comidas que no nos gustan y eso es algo que no tiene que ver con la edad, por lo que si el niño se niega rotundamente a comer algún alimento concreto, no debería ser un gran problema si puede comer otro de la misma familia.

  Un truco para que se familiaricen con lo que no les gusta es que ayuden a cocinarlos, porque de esa forma sentirán una sensación de logro al ver la receta hecha y les apetecerá probarlo. Por otro lado, se les puede persuadir con premios. Es decir, si se comen lo que no quieren, dejar que tomen su postre favorito o que merienden lo que más les apetezca. 

   Darle un capricho de vez en cuando, como una hamburguesa, un trozo de pizza, o un dulce, es lo más normal del mundo, pero hay que evitar que se convierta en un hábito. Por lo tanto, y puesto que la merienda es necesaria para no llegar con tanta hambre a la cena, puedes sustituirlo por bocadillos o sándwiches acompañados de leche o jugos naturales. En este sentido tampoco es recomendable abusar de bebidas gaseosas. 

  En definitiva, lo que tenemos que tener en cuenta, es que nuestros hábitos a la hora de alimentarle condicionarán los suyos propios. Así que si queremos que crezcan sanos y fuertes, simplemente debemos inculcarles unas pautas que, como a nosotras, nos acompañarán toda la vida.

    Recuerda que hay diferentes formas de poder cuidar nuestro cuerpo y el de nuestra familia. Así que cuidado con la alimentación y evitemos que nuestros hijos sufran de obesidad infantil… Hasta la próxima!