Un lector nos pidió que tocáramos el tema, de uno de los males de salud pública más extendidos en el mundo, por eso hoy hablaremos del tabaco, el tabaquismo y su remedio.
El tabaco es un producto que se saca de la planta nicotiana tabacum que es originaria de América. El ser humano ha consumido tabaco por miles de años, siendo en humo la presentación más popular y cuyo uso se extendió de América a Europa y el mundo. Se vende legalmente en todos los países menos en Bután, donde se ha declarado ilegal. Se vende siempre con muchas restricciones porque su uso provoca problemas de salud pública.
La nicotina activa las neuronas por medio de células receptores de transmisores cerebrales. Las neuronas se comunican entre sí por medio de químicos y la molécula de la nicotina se parece a la de la acetilcolina, que está relacionada con la memoria y los circuitos de recompensa. Por eso les gusta el tabaco a los fumadores, porque pareciera que te aclara la mente y te hace sentir bien.
El tabaco no tiene una sustancia dañina, sino cientos. En un cigarrillo hay nicotina, alquitrán, bromuro, ácido cianhídrico, plomo, formaldehído, arsénico, amoniaco, uranio, benceno y un largo etc. Todos esos son venenos, así sean en poca cantidad, por eso el organismo va a luchar para eliminarlos y ahí empieza a trabajar de más. Con los años, los fumadores además de problemas de mala circulación y del sistema respiratorio con todo lo que eso implica, también envejecen más rápido que los no fumadores y empiezan a desarrollar enfermedades de la vejez en años prematuros.
De cada 10 personas que han intentado dejar de fumar, 7 vuelven a hacerlo antes del primer año y sólo 3 lo dejan para siempre. Para alejarse de ese vicio, hay chicles, parches, inhaladores, caramelos, cigarrillos sin humo, etc., Pero lo primero que hay que hacer, es ser pacientes y tenaces. Se pone una fecha y se deja de fumar por unos días, pero si se vuelve, otra vez hay que poner otra fecha.
Lo que más le ayuda es saber que ha dejado de hacerse daño y que su cuerpo sabe sanarse a sí mismo si se le da tiempo… Otro consejo, más que un remedio, es partir a la mitad cada cigarrillo. Así, además de que sólo se fumará la mitad cada vez, mentalmente se afecta por el gasto innecesarios que está haciendo.
A los 60 minutos de dejar de fumar la presión sanguínea retoma su nivel normal. En un día, el nivel de nicotina en el cuerpo cae a la mitad. En 3 días, lo niveles de monóxido de carbono vuelven a lo normal. En una semana regresa el sentido del gusto y el olfato y mejora la función respiratoria y se elimina la dependencia física de la nicotina.
Si quiere dejar de fumar, primero prepárese mentalmente a que dejará ese vicio y luego vaya alejándose poco a poco … La primera semana será difícil, pero poco a poco se sentirá mejor, hasta que ya no se le antoje fumar y con el tiempo, hasta el olor a tabaco aborrecerá… palabra de ex-fumador.
Antes de poner en práctica este o cualquier otro remedio casero, consulte a su médico.
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine