Si ya entró en los cuarentas, cincuentas o la edad que tenga, pero tiene un abdomen visiblemente pronunciado, de esos a quienes comúnmente se le llama‘panzón’ pueda que corra el riesgo de desarrollar
Si ya entró en los cuarentas, cincuentas o la edad que tenga, pero tiene un abdomen visiblemente pronunciado, de esos a quienes comúnmente se le llama ‘panzón’ pueda que corra el riesgo de desarrollar demencia, de acuerdo a estudios realizados.
“Considerando que el 50% de los adultos en este país tienen obesidad abdominal, este es un hallazgo perturbador”, dijo la autora del estudio Rachel Whitmer de la División Permanente de Investigación en Oakland, California. Tener sobrepeso en la adultez y después de ésta se ha ligado por largo tiempo al aumento de riesgos de enfermedades del corazón y diabetes.
Aunque mediante investigaciones anteriores se halló evidencia de que la obesidad en la mediana edad aumenta las probabilidades de desarrollar demencia posteriormente, el nuevo estudio encontró un riesgo separado de acumular mucha grasa en el abdomen. Incluso las personas que no estaban sobrepeso eran susceptibles. Siendo este sin embargo, el primer estudio que vincula el exceso de grasa abdominal con la demencia y aún en aquellos que tienen un peso normal a nivel general.
Los investigadores midieron la grasa abdominal de 6.583 personas entre 40 y 45 años en California y unos 36 años después, el 16% de los estudiados desarrollaron demencia, según el estudio publicado en un diario de Neurología. Aquellos con sobrepeso u obesidad pero no barriga pronunciada tenían un 80% de aumento de riesgo de desarrollar demencia con respecto a aquellos de peso normal y barriga relativamente plana.
Pero el riesgo salta al 230% en los casos de sobrepeso con gran barriga y al 360% en obsesos con grandísimos abdómenes. “Donde uno lleva el peso -especialmente en la vida adulta- parece ser un importante
pronosticador del riesgo de demencia”, dijo Whitmer.
Aunque se necesita más investigación para entender la vinculación, Whitmer dijo que un estudio “mostró que la alta grasa abdominal en adultos mayores estaba ligada a una mayor atrofia del cerebro”.
“Estos hallazgos implican que los peligrosos efectos de la obesidad abdominal en el cerebro pueden comenzar mucho antes de que los signos de demencia comiéncen”, concluyó.
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