Ya dice el refrán sobre gustos no hay nada escrito. Y, esto también se aplica a lugares o monumentos que la gran mayoría de los que los visitan consideran espectaculares y que, para otros, no lo son tanto.
En el pasado, las malas experiencias o los “pues no era para tanto” se quedaban en reuniones familiares, en encuentros con amigos. Pero desde la llegada de internet y gracias a plataformas como Google Maps o TripAdvisor, estos comentarios son públicos y el valor de lo visitado se mide en estrellas. Concretamente de una a cinco.
Detrás de las puntuaciones más bajas suelen estar quejas relacionadas con la gestión de los monumentos, el precio de las entradas, las zonas de servicio, la actitud de los empleados… .
Sin embargo, no faltan los que quieren dejar por escrito y para la posteridad sus comentarios.
Jesús de Nazaret con los brazos extendidos en cruz, sobre el morro de Corcovado contempla y bendice la ciudad de Río de Janeiro, en Brasil.
Es una estatua de treinta metros de alto que se puede ver desde casi todos los puntos de la metrópoli. Forma parte de una de las denominadas Nuevas siete maravillas del mundo, pero para un usuario de Google Maps que se tomó la molestia de dejar su valoración “el Cristo es pequeño, sobrevalorado. El tren del Corcovado una porquería. La vista no es gran cosa. Un robo”.
Y se puede leer también: “No me gusta estar ahí”, “mucho sol”, “falta que agreguen aire acondicionado”. “Monumento a la nada” o “un pobre Cristo hecho de hormigón”.
Estas son otras de las valoraciones de usuarios que acompañan a la solitaria estrellita que le han adjudicado.
“Ave, Caesar, morituri te salutant” o lo que es lo mismo, “Salve, César. Los que van a morir te saludan”. Esa era la reverencia que los condenados a muerte que participaban de recreaciones de batallas navales –conocidas como naumaquias- lanzaban al Gobernante de Roma desde el foso inundado del Coliseo.
Con el tiempo, esta frase se ha atribuido a los gladiadores acrecentando su leyenda, irremediablemente unida al Anfiteatro Flavio.
Pero el más famoso de todos los vestigios romanos, gracias en parte a Russell Crowe y su personaje El Hispano en “Gladiator”, no se libra de las “reviews” más ácidas e implacables.
El Anfiteatro de Flavio fue construido en el Siglo I y es uno de los monumentos más famosos de la Antigüedad Clásica, junto con la Acrópolis de Atenas. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980.
Pero para Xavier, usuario de TripAdvisor, el Coliseo es “vamos, lo de siempre en Roma: ruinas, piedras y gente y más gente y piedras y más piedras”.
En 1974, un campesino descubrió, por casualidad, una figura de terracota de un soldado de tamaño ligeramente superior al natural.
Otros 8.000, aproximadamente, le hacían compañía bajo tierra. Son los soldados de Terracota de Xian, que custodiaban la tumba del primer emperador de China. Se dividen en tres fosas en las que los diferentes regimientos y compañías están en formación, acompañados de caballos y listos para la batalla. Las opiniones negativas a este lugar son la minoría, pero aun así, las hay para todos los gustos.
“¡Completamente aburrido! Y la historia detrás de las estatuas es estúpida. No me puedo creer que haya tirado mi dinero en esto”, escribió un usuario de Maps. Algunas rozan el humor, por llamarlo de alguna manera: “El ejército me miró y no se movieron. Malos actores, non se pelearon”, escribió Eckrich.
Otras, simplemente son difíciles de clasificar por su mal gusto: “Es una bazofia, casi me muero por la fealdad de las estatuas”, comentó un visitante italiano en Google. Aunque la guinda se la lleva un turista estadounidense con su constructivo “Yo prefiero AMÉRICA”.
Manuel Noriega. EFE/REPORTAJES
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