Por lo general, cuando una persona está a punto de morir, pero luego milagrosamente se salva, es motivo de alegría y felicidad para todos los seres queridos del paciente.
Por lo general, cuando una persona está a punto de morir, pero luego milagrosamente se salva, es motivo de alegría y felicidad para todos los seres queridos del paciente. Pero no siempre es así, ya que para Ian Mathenson, de 34 años de edad, que su novia saliera del estado de coma, fue algo muy doloroso, tanto que si no fuera por su dolor, esto parecería más bien la tragicomedia típica de una obra de teatro.
Esta triste historia, con tintes de tragedia de un hombre sumamente enamorado se inicia una semana antes de su boda con Ana Dickinson, cuando ella sufrió un espantoso accidente automovilístico cerca de su casa en Detroit, Michigan. Tan grave acontecimiento le ocasionó severas lesiones en la cabeza y entró en estado de coma. Sin pensarlo, Ian dejó su trabajo en un gran hospital en el centro de la ciudad y tomó otro, por un sueldo menor, en el hospital donde estaba internada Ana. Pasaba 18 horas de cada 24 en el hospital, la mayor parte del tiempo al lado de Ana, deseando que recuperara la conciencia.
La tomaba de la mano y le susurraba al oído las cosas maravillosas que harían una vez que estuvieran casados. “Vamos a dejar atrás todo esto”, le decía Ian. “Seremos absolutamente felices, tú y yo”.
Durante dos años y dos meses Ian ilusionado, estuvo al pendiente de su prometida, hasta que Ana se despertó, y de repente él comenzó a vivir una auténtica pesadilla. Al principio ella no recordaba nada. Ni quien era o como se llamaba, ni que estaba haciendo allí y mucho menos sabía quien era el hombre que casi a todo momento estaba junto a ella. Con paciencia y dedicación él se dedicó a informarle y ponerla al corriente de todo, hasta que llegaron al punto de su compromiso sentimental.
“¡No puede ser!!! -exclamó asombrada ella- “Usted ha sido muy amable, pero no es mi tipo. No me gusta y ni loca creo que yo lo amaría” El rostro de Ian reflejaba una dolorosa incredulidad mientras observaba a la mujer recostada en la cama del hospital… la mujer a la que había cuidado como enfermero durante los 26 meses que ella permaneció en coma. La mujer que él adoraba. “Pero Ana, tú y yo nos amamos”, susurró. “Estamos comprometidos, ¿ya no te acuerdas? Hicimos planes… Estábamos a punto de…”
“¿Cómo pudo pensar en que yo me casaría con alguien como usted?”. “¡Por favor, váyase de aquí!”, lo interrumpió Ana de 29 años. “Ni siquiera lo recuerdo. Usted es un extraño para mí. Por favor, déjeme sola”. El enfermero Ian salió muy cabizbajo del cuarto del hospital, con los ojos llenos de lágrimas. Sabía que el sueño que albergó durante más de dos años había terminado. La mujer que él amaba lo quería fuera de su vida. Las palabras de Ana regresaban una y otra vez a su cabeza: “¿Cómo pudo pensar en que yo me casaría con usted?”. Pero una vez, hace años, ella pensaba muy diferente. Entonces eran felices, planeando su boda, buscando folletos de viajes para destinos románticos de luna de miel, pensando en los nombres que pondrían a los hijos que tendrían algún día… Pero eso sí murió con el accidente.
Poco antes de salir del hospital, Ana le confesó a su madre: “Ese hombre es un completo extraño para mí, y no es muy atractivo que digamos, vaya, ni siquiera se le podría calificar de guapo. Tal vez yo lo amé alguna vez, pero simplemente he cambiado de opinión”. “De verdad que lo siento mucho -siguió diciendo la chica-, pero no me atrae en lo absoluto. Se está quedando calvo, y los pelones no me gustan. No entiendo cómo fue que pensé en casarme con él”. De acuerdo con la información proporcionada por los padres Ian, él se ha ido del área de Detroit, y su destino hasta hoy es desconocido. …. Y Créalo o No, Así Fue como un grave accidente automovilístico estuvo a punto de matar a una mujer, pero hirió de muerte a un corazón enamorado!!
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine