Los hookah bars o aquellos negocios que ofrecen tabaco por medio de unos dispositivos exóticos y pintorescos deberían ser prohibidos. Negociantes de estos rubros argumentan que los hookahs no son nocivos para la salud y que sus tabacos son inofensivos y no contienen sustancias peligrosas.
Sin embargo, se ha comprobado que la inhalación de tabaco a través de estos dispositivos es más peligrosa que el mismo cigarrillo.
A pesar de las fuertes condenas por parte del gobierno federal y local, y organizaciones defensoras de la salud, los tres gigantes tabaqueros, Altria, R.J. Reynolds y Lorillard, nunca desistieron en su afán de incrementar sus ganancias a costa de la salud de los niños y los jóvenes.
Los cigarrillos con sabores se han convertido en el medio idóneo para incitar a los jóvenes a fumar. Por otra parte, algunos negocios pequeños han encontrado en los hookas como el instrumento “cool” para inclinar la balanza a su favor y sacar buenas ganancias a costa de la salud de los jóvenes.
En 2009, el Congreso aprobó una ley de prevención, Family Smoking Prevention and Tobacco Control Act, que restringe a las compañías tabacaleras el acceso a los mercados de menores de edad. Esta medida prohibió la combinación de sustancias aromáticas y de sabores exóticos, incluyendo derivados del alcohol y la cafeína, con los productos nocivos del tabaco.
El mentol no estuvo contemplado dentro de esta medida federal. Si el mentol es utilizado en productos medicinales, como en pastillas para la tos y ungüentos para los dolores musculares, está regulado como una droga. Empero, si se la combina con el tabaco, ese porcentaje de mentol en el cigarrillo no tiene ningún tipo de regulación, ni mucho menos existe una medida que controle su utilización. En consecuencia, la industria tabaquera manipula el uso del mentol para sacer suculentas ganancias a costa de la salud de niños y jóvenes.
De acuerdo a investigadores de la Facultad de Farmacología de la Universidad de Connecticut y de la Universidad de Yale, la propiedad de frescura (cooling effect) del mentol suprime la capacidad del sistema respiratorio de responder en forma natural a los irritantes que produce el humo del cigarrillo. En consecuencia, las personas que fuman cigarrillos mentolados incrementan su adicción al tabaco y contraen enfermedades pulmonares y del corazón a mediano y largo plazo.
Por otra parte, de acuerdo a un estudio de la Academia Norteamericana de Pediatría, la inhalación del tabaco a través de una hookah es igual o más peligroso que un cigarrillo convencional debido a que contienen más nicotina, alquitrán y metales pesados que afectan directamente a los pulmones cuando se absorbe.
Como las hookas son compartidas por diversas personas en el momento de inhalar tabaco, los contagios de enfermedades cutáneas, e incluso el herpes, son más frecuentes. Estos negocios raras veces o nunca han sido responsabilizados por el contagio de estas enfermedades.
Las autoridades deberían prohibir los negocios de hookah y el consumo de cigarrillos mentolados y de sabores aromáticos. Todos estos productos son malos para la salud.
Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move.
E-mail: hcletters@yahoo.com.
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