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El Buey, la Cigarra y la Hormiga

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Cierta hormiga que vivía muy tranquila sobre el lomo de un enorme buey, se afanaba por hacer sus quehaceres y almacenar algo de comida para el invierno…

 Cierta hormiga que vivía muy tranquila sobre el lomo de un enorme buey, se afanaba por hacer sus quehaceres y almacenar algo de comida para el invierno… 

– ¿Acaso no te da miedo, tan pequeñita como eres, dejarte llevar por semejante animal? -le dijo una cigarra que se encontraba descansando bajo las hojas de un arbusto. 

– ¡Oh, amiga cigarra! -respondió la hormiga-, no siempre los de gran tamaño tienen mal corazón.

 Entonces la cigarra, comida por la envidia, dirigiéndose al buey le dijo en tono de reproche:

– Y tú, pedazo de tonto, ¿no te da vergüenza caminar en compañía de un insecto tan ridículo como éste?

 Al oír esto el buey, respondió mansamente:

– Amiga mía, muchas veces los más pequeños son los más grandes. Sería mejor que imitases la laboriosidad de la hormiga, en vez de pasarte el día entero de holgazana.

 No bien hubo terminado el buey de decir esto cuando un pajarito, que por casualidad pasaba por allí, vio a la cigarra y, sin darle tiempo para esconderse, se abalanzó sobre ella y la devoró.

 Entonces dijo la hormiga al buey:

–¿Has visto?… La pobrecita tenía miedo de ti por tu gran tamaño y no se puso en guardia contra otros pequeños, que son muchas veces, más temibles que los grandes.

Moraleja: De tus cualidades no debes presumir porque fea lección puedes recibir!

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