El Erizo Generoso

Vivía en el bosque un erizo tan lleno de púas que ningún animal osaba en acercarsele. Por tal motivo, si

Vivía en el bosque un erizo tan lleno de púas que ningún animal
osaba en acercársele. Por tal motivo, siempre iba tranquilamente de
un lado para otro, importándole muy poco ver aparecer a la criatura
más feroz de aquel lugar pues sabía que nadie podía contra él ya
que sus pues podían herir a cualquiera.

Sus amigos le envidiaban, porque ellos siempre tenían que huir al
toparse con alguna fiera de cuidado. Sin embargo, don Erizo era
muy generoso; se llevaba bien con todo el mundo y no le importaba
lo más mínimo regalar sus púas a quien se las pidiese. La última que
le quedaba se la dio al ratón, quien la uso como espada contra un
gato que lo acosaba.

Se encontraban en pleno duelo cuando de repente llegó la serpiente.
Al ver al erizo despojado de todas sus púas se dispuso a comérselo.
Pero a pesar de que éste se percato del peligro, no hizo el más
mínimo intento de correr.

Cuando la serpiente se le había acercado lo suficiente, todos los
animales que habían obtenido alguna púa del erizo, se abalanzaron
sobre ella, armados con las mismas, y le dieron muerte al instante

El erizo agradeció a sus amigos su gesto. ¡Qué lección tan maravillosa!
Regaló a sus amigos su única arma que le servía como
defensa, porque él daba más importancia al amor y a la amistad que
a la propia vida.

Lo ven amigos, existen personas que valen por lo que son y no por
lo que tienen.

Moraleja:
Si obras con generosidad,
encontrarás felicidad!