No pudiendo llegar a un acuerdo de paz con el país vecino, el león, rey de la selva, decidió declararle la guerra a éste, y tal como lo hacen todos los reyes decretó una orden de movilización que…
No pudiendo llegar a un acuerdo de paz con el país vecino, el león, rey de la selva, decidió declararle la guerra a éste, y tal como lo hacen todos los reyes decretó una orden de movilización que decía: “Todos mis súbditos los animales vengan para luchar a mi lado”.
Y así lo hicieron todos, desde los más pequeños hasta los más grandes.
Ya reunidos, el rey explicó a cada uno de ellos lo que debía hacer.
Dijo al elefante:
–Tú eres grande y fuerte. Combatirás en primera línea, pero llevarás también la artillería.
Luego le dijo al zorro:
— Tú eres el más astuto de los animales, me ayudarás a trazar los planes de la batalla.
Al mono le dijo:
— Tú eres malicioso y burlón, me ayudarás a engañar al enemigo.
— Y tú –le dijo al oso — que eres fuerte y ágil, saltarás por sobre las murallas de las fortalezas.
Luego les llegó el turno a los asnos y las liebres. Entonces los ministros dijeron al rey:
— Estos son animales totalmente inútiles en guerra. Los asnos son tontos y las liebres son tímidas y miedosas. ¡Enviémoslos de vuelta al bosque!
–Se equivocan –respondió el rey en tono alto–. El asno tiene una voz más fuerte que la mía. Será un buen clarín para reunir a todos los soldados. En cuanto a la liebre, es un corredor excepcional: llevará los mensajes de un lugar a otro.
Y como el león era muy sabio, concluyó:
— No existen animales inútiles: basta con utilizar a cada uno según sus cualidades y en la ocasión oportuna. Y éste, mis queridos súbditos, es el momento!!
Moraleja: Si en tus cualidades sabes confiar grandes cosas podrás lograr!!
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