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El Magnesio

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Continuando con el tema de Vitaminas y Minerales, esta semana nos referiremos a el Magnesio, potente mineral que hace que todos los nervios y músculos del cuerpo, incluidos los del corazón,

Vitaminas y Minerales…: Lo que el cuerpo necesita para estar en Buena Forma y en Buena Salud

Continuando con el tema de Vitaminas y Minerales, esta semana nos referiremos a el Magnesio, potente mineral que hace que todos los nervios y músculos del cuerpo, incluidos los del corazón, se relajen. Además ayuda en la absorción del calcio. 
QUIEN LA NECESITA

“Periquillo con mando, ya estoy temblando”
dice el refrán refiriéndose a que uno se asusta cuando el poder está en manos de alguien inepto; pero si de temblar se trata cuando hablamos de salud, entonces estamos hablando de la carencia de un mineral: Magnesio.
 
Síntomas de la carencia de Magnesio:
 
— Debilidad muscular.
— Temblores.
— Espasmos.
— Arritmia cardíaca; contracciones irregulares.
— Desbalance en los niveles de azúcar en la sangre.
— Dolor de cabeza.
— Presión arterial elevada.
— Reblandecimiento de los huesos.
— Depresión, Insomnio, etc.
 
Datos a conocer:
 Nuestro cuerpo requiere de grandes cantidades de Magnesio. La mayor parte de éstas van a dar a los huesos y los músculos. Estudios han demostrado que las personas que sufren un infarto cardíaco tenían niveles de Magnesio extremadamente bajos al momento del ataque.
 
COMO LE BENEFICIA
— Relaja sus nervios.
— Relaja los músculos (y así previene infartos).
— Hace que la sangre circule suavemente.
— Fortalece los huesos y ayuda a prevenir la osteoporosis.
 
DONDE SE ENCUENTRA
 El Magnesio se puede obtener a través de semillas de calabaza, de girasol y ajonjolí. De igual manera se encuentra en el salmón, espinacas, frijoles negros, alubias y manzanas…   A continuación proporcionamos una receta rica en magnesio:
 
Pan de Santa Eduviges
Ingredientes: Taza y media de harina para pan, media taza de harina de maíz, taza y media de harina integral de trigo, dos cucharadas de semillas de calabaza, dos cucharadas de semillas de ajonjolí, dos cucharadas de semillas de girasol, dos cucharadas de leche y para que esponje el pan: 1 sobre de levadura (.6 oz), media taza de agua tibia y 3/4 de taza de leche.
Modo de preparación:  En un tazón grande mezcle las tres harinas con una cucharadita de sal.
 En una taza grande mezcle el agua y la leche tibias. La temperatura debe ser suficientemente tibia para que la levadura se reproduzca pero no tan caliente que la queme. Para probar, usted puede meter un dedo al líquido. Si cuenta hasta 10 sin quemarse, entonces la temperatura está decuada. Agregue la levadura.
 
 Haga un hoyo al centro de las harinas y vacíe la levadura preparada. Mezcle bien harina con levadura hasta que se convierta en una masa manejable. Ponga la masa en una superficie enharinada y amásela por unos 8 o 10 minutos hasta que se sienta elástica. Ahora coloque la masa en un tazón ligeramente cubierto con aceite. Tápela con un trapo húmedo y déjela reposar en un lugar cálido por una hora. Ponga la masa en una superficie enharinada. Mientras la amasa, vaya incorporando las semillas de ajonjolí y de calabaza. 
 
Dele forma redonda al pan y colóquela en una charola para hornear, ligeramente cubierta con aceite… Cúbrala con un trapo húmedo y déjela reposar hasta que doble su volumen (45 min aprox).  Caliente el horno a 400º F ó 200º C. Cubra el pan con las semillas de girasol. Hornee por media hora o hasta que el pan se vea dorado. Y recuerde, antes de poner en práctica este o cualquier otro remedio casero, consulte a su médico.
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