El matrimonio Avestruz es conocido por ser uno de los mas felices del lugar. Sin embargo, su felicidad se trunca los dias domingos.
El matrimonio Avestruz es conocido por
ser uno de los más felices del lugar. Sin
embargo, su felicidad se trunca los días
domingos. ¿Por qué precisamente en este
día? Ahora se los voy a explicar.
Pues bien, sucede que el señor Avestruz
quiere ver, a últimas horas de la tarde, el
partido de fútbol por la segunda cadena de
la “tele”, mientras a ella le vuelve loca la
novela que dan por la primera a la misma
hora. ¿Para qué les digo lo demás? Gritos,
lluvia de platos rotos, amenazas… Bueno,
los vecinos ya están acostumbrados a esas
broncas tan enormes, al punto, que hasta
se han comprado tapones para los oídos.
¡Pero qué alivio! La “tele” se ha descompuesto
y no hay motivo para que el matrimonio
se pelee. Ninguno de los dos podrá
ver su programa favorito.
– ¡Qué tontos hemos sido! ¡Mira que poner
en peligro nuestra unión por unos tontos
programas de televisión! -exclama él, al
darse cuenta del insignificante motivo por
el cual ambos discutían tanto.
– Tienes razón, querido. Lo importante es
que seamos felices juntos, así que vamos a
dejar la “tele” como está, sin arreglar, y todos
los domingos nos vamos a ir al campo
de paseo ¿Te parece bien que lo hagamos
esta misma tarde? -propone doña Avestruz,
muy contenta.
– ¡Buena idea! -exclama su marido-.
¡Anda, vamos a preparar las cosas! ¡Hace
un tiempo fenomenal!
¡Es tan fácil evitar las peleas, amigos! Sólo
se precisa un poquito de buena voluntad y
de perseverancia.
Moraleja:
¡De buena forma debes proceder,
o de cosas lindas te puedes perder!
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