Por fin, después de varias semanas de estar
Por fin, después de varias semanas de estar
empollando doña Pata recibía feliz la
llegada de sus tres patitos. Los dos primeros
nacieron sin novedad, pero el tercero se
resistía. Tras un rato de indecisión, salió
a la luz.
¡Oh sorpresa! la que se llevó doña Pata
con este último pues era feísimo, grande
¡y de color blanco! ¿Cómo era posible?
Ningún pato de la granja era de ese color…
¡Qué vergüenza!
El pobre patito fue despreciado por su
mamá, hermanos y demás familiares, quienes
le echaron de allí.
Como es natural, nuestro patito feo se sintió
muy desgraciado, pues él quería jugar
con sus hermanitos, pero no tuvo más remedio
que marcharse.
Nadó río abajo, en busca de su destino.
Pasó innumerables peligros. ¡Qué miedo
pasó el pobre patito! Se encontró con una
bandada de patos salvajes, pero éstos también
le despreciaron por su color.
Ya estaba cercano el invierno, y una viejecita
se apiadó de él y se lo llevó a su casa.
Sin embargo, al llegar la primavera, el animalito
tuvo que escapar de allí, porque el
hijo de la anciana se había empeñado en
hacer de él un buen guiso.
Andando y andando, nuestro patito encontró,
entre las tranquilas aguas de un lago,
una bandada de cisnes, blancos. Estos, al
verle llegar, le tomaron como uno de los suyos
y lo rodearon, amorosos. ¡Por fin había
encontrado el patito su hogar
Moraleja:
Cuando te sientas solo y confundido,
la esperanza debe ser lo último perdido.
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