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El refugiado sirio llega a Madrid y pide que se haga justicia con la periodista húngara

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Clarin.com

El refugiado sirio Osama Abdul Mohsen, junto a su hijo Zaid, de siete años, a la salida de su nueva vivienda ubicaca en la localidad madrileña de Getafe./EFE

Osama Abdul Mohsen, acogido por España para trabajar como entrenador de fútbol, dijo que no perdona a su atacante, la camarógrafa húngara Petra Laszlo, que lo golpeó a patadas en la frontera con Serbia…

El refugiado sirio Osama Abdul Mohsen, que se dio a conocer al ser agredido por la periodista húngara Petra Laszlo, afirmó hoy a su llegada a Madrid que quiere que se haga “justicia” con la reportera y que “no la perdona” porque lo que hizo fue “inhumano”.

Osama llegó a la localidad madrileña de Getafe en el final feliz de una historia dramática que arranca en Siria, donde dirigió a uno de los mayores equipos de fútbol de primera división. Pero llegó la guerra, y debió huir con su familia. La mitad quedó en Turquía. El siguió camino a Europa con su hijo de siete años. Y lograron llegar vivos hasta la frontera húngara donde la camarógrafa Petra Laszlo lo recibió a patadas y lo tiró al piso, con su hijo en brazos, en una foto que enfureció a la comunidad internacional.

Esa foto conmovió a la gente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe) que decidió hacerse cargo del hombre, darle empleo, casa y reunificar a la familia en España.

En declaraciones a los periodistas, acompañado por su traductor -el joven Mohamed Labrouzi, alumno del Cenafe-, Osama pidió “justicia” para Laszlo, que lo pateó y le puso una zancadilla junto a la frontera con Serbia, porque no entiende “cómo pudo hacerle eso” a un padre con su hijo pequeño en brazos.

“Primero quiero dar las gracias y lo siguiente que, por favor, todo el mundo mire a mi gente en Siria, necesitamos ayuda”, dijo en inglés.
Osama explicó que consiguió llegar a Múnich, Alemania, donde estuvo viviendo durante dos días “gracias” a un chico árabe que le facilitó la llegada, hasta que fue llamado por Cenafe.

Ha reiterado que está “muy contento y agradecido” y que uno de sus principales propósitos es “aprender español cuanto antes”.

El refugiado sirio Osama Abdul Mohsen, que se dio a conocer al ser agredido por la periodista húngara Petra Laszlo, afirmó hoy a su llegada a Madrid que quiere que se haga “justicia” con la reportera y que “no la perdona” porque lo que hizo fue “inhumano”.

Osama llegó a la localidad madrileña de Getafe en el final feliz de una historia dramática que arranca en Siria, donde dirigió a uno de los mayores equipos de fútbol de primera división. Pero llegó la guerra, y debió huir con su familia. La mitad quedó en Turquía. El siguió camino a Europa con su hijo de siete años. Y lograron llegar vivos hasta la frontera húngara donde la camarógrafa Petra Laszlo lo recibió a patadas y lo tiró al piso, con su hijo en brazos, en una foto que enfureció a la comunidad internacional.

Esa foto conmovió a la gente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe) que decidió hacerse cargo del hombre, darle empleo, casa y reunificar a la familia en España.

En declaraciones a los periodistas, acompañado por su traductor -el joven Mohamed Labrouzi, alumno del Cenafe-, Osama pidió “justicia” para Laszlo, que lo pateó y le puso una zancadilla junto a la frontera con Serbia, porque no entiende “cómo pudo hacerle eso” a un padre con su hijo pequeño en brazos.

“Primero quiero dar las gracias y lo siguiente que, por favor, todo el mundo mire a mi gente en Siria, necesitamos ayuda”, dijo en inglés.

 

Osama explicó que consiguió llegar a Múnich, Alemania, donde estuvo viviendo durante dos días “gracias” a un chico árabe que le facilitó la llegada, hasta que fue llamado por Cenafe.

Ha reiterado que está “muy contento y agradecido” y que uno de sus principales propósitos es “aprender español cuanto antes”.

 

Mañana acudirá a una reunión en el Ministerio de Interior para comenzar las tramitaciones de la tarjeta roja que le permitirá formalizar su residencia en España y, posteriormente, su contratación.

La familia de refugiados ha sido invitada a comer a la casa familiar de Labrouzi, en el vecino municipio madrileño de Parla, donde se ha preparado comida árabe en honor de los recién llegados a España.

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