El tesoro está en ti

Cuenta la leyenda, que un hombre de Bagdad dilapidó, en decir, malgastó a lo tonto toda su herencia y en poco tiempo se encontró en la ruina.

 Al verse así, rogó fervientemente a su Dios que le ayudase, entonces tuvo un sueño en el que una voz le decía que en la ciudad del Cairo había un tesoro escondido. Tan emocionado como ilusionado, se preparó para el viaje y se fue a El Cairo.

 Pero durante el viaje pronto se quedó sin el poco dinero que llevaba y tuvo que mendigar. Unos guardianes del orden lo encontraron en la calle y, pensando que era un ladrón, lo golpearon.

 Cuando el hombre al fin pudo explicarles quién era y qué hacía en la ciudad. Uno de los guardias le dijo:
“¿Pero cómo pudiste ser tan ingenuo que viniste a El Cairo por un sueño? Yo mismo, hace tiempo, tuve un sueño en el que he visto que en la ciudad de Bagdad, en una casa , hay un tesoro”.  Y describió con detalles la calle y la casa soñada. El hombre quedó atónito al oír aquellas palabras. Aquella casa de Bagdad que describía el guardia, ¡era precisamente la suya!

 Les dio las gracias, tanto a Dios como a aquellos hombres que lo habían interrogado. Y viajó de vuelta a su casa.
Y efectivamente, allí encontró el tesoro, en su propia casa.

 Y Eso es lo que nos pasa a muchos de nosotros, que después de tantas vueltas y vueltas, buscando y buscando, nos damos cuenta que el tesoro, nuestro tesoro, está ahí en nuestra propia casa, en nosotros mismos.
¿Por qué buscamos siempre lejos y fuera lo que está cerca y dentro?…

“En ti está lo que buscas…. Sólo tienes que descubrirlo y valorarlo!”.