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En las redes sociales, Estado Islámico gana la batalla contra Occidente

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La Nación

Traducción de Jaime Arrambide

Un memorándum interno del Departamento de Estado pinta un cuadro desolador de los esfuerzos del gobierno de Obama y sus aliados extranjeros para combatir la maquinaria propagandística de Estado Islámico en las redes sociales, y deja la impresión de una coalición fracturada que no logra unificar su propio mensaje.

Esa evaluación llega meses después de que el Departamento de Estado informara sus planes para redoblar la campaña contra el grupo extremista en las redes sociales. Pero el informe llega a la conclusión de que el discurso incendiario de EI, que se expande por el mundo a través de miles de mensajes diarios, “ha vencido” los esfuerzos de algunas de las naciones más ricas y tecnológicamente avanzadas del mundo.

También deja mal parados a los funcionarios de Estados Unidos y de algunos de sus más estrechos aliados en la campaña militar contra las milicias de EI. Según ese informe interno del Departamento de Estado, el “grupo de trabajo de mensajes” compuesto por Estados Unidos, Gran Bretaña y los Emiratos Árabes Unidos “nunca terminó de ponerse de acuerdo”.

“Los árabes se muestran reticentes, los británicos son demasiado ambiciosos, y la estructura del grupo de trabajo es confusa”, dice el memorándum. “Cuando nos reunimos con las otras partes, siempre había iniciativas nuevas de las que nunca habíamos oído hablar.”

Esa cruda evaluación de situación llega en un momento de críticas generalizadas hacia la claudicante campaña militar contra Estado Islámico. Las milicias del grupo ocuparon recientemente la ciudad de Ramadi, en el oeste de Irak, y ya hace más de un año que tienen tomadas las ciudades de Fallujah y Mosul.

Los funcionares del Departamento de Estado suelen repetir hasta el cansancio que el “contra mensaje” debería ser uno de los pilares de la estrategia para derrotar a la agrupación. Pero los funcionarios del gobierno de Obama ya han reconocido en el pasado que EI es mucho más hábil para difundir su mensaje que Estados Unidos para frenarlo.

El documento interno -elaborado por Richard A. Stengel, subsecretario de diplomacia y asuntos públicos del Departamento de Estado y ex editor general de la revista Time- fue realizado para John Kerry, tras una conferencia sobre el combate contra Estado Islámico que se celebró este mes en París entre funcionarios árabes y occidentales.

John Kirby, vocero del Departamento de Estado, dijo: “El memorándum reconoce algo que ya dejamos en claro en el pasado: no hemos hecho lo suficiente para desacreditar a EI en el espacio informativo”.

Este año, funcionarios del gobierno norteamericano manifestaron sus intenciones de ampliar el Centro de Estrategias Comunicacionales Antiterroristas del Departamento de Defensa, una minúscula dependencia creada en 2011 para combatir en tiempo real los mensajes terroristas subidos a Internet.

Esa dependencia cuenta con especialistas con conocimientos fluidos del idioma árabe, urdu, punjabi y somalí, para contrarrestar la propaganda y la desinformación de los terroristas, y ofrecer un relato opuesto, con un mensaje que apunte a lo emotivo. Esos analistas también postean mensajes en los sitios web en inglés donde los jihadistas suelen reclutar adeptos, recaudar fondos y publicitar su causa.

Stengel también ha intentado trabajar con otros miembros de la coalición, en especial con los árabes, para desacreditar a Estado Islámico, con la esperanza de frenar el flujo de combatientes extranjeros hacia las filas del grupo. Kerry manifestó que el esfuerzo por “empezar a vaciar ese reservorio” de potenciales voluntarios puede llegar a ser más importante aún que la intentona militar.

En septiembre pasado, cuando Kerry viajó a Medio Oriente para empezar a dar forma a una coalición contra EI, Stengel lo acompañó para reunirse con funcionarios árabes y así establecer lo que él llamó “una coalición comunicacional, una coalición del mensaje, para complementar lo que se estaba haciendo en el terreno”.

Una parte crucial de la diplomacia pública implicó alentar a los líderes religiosos del mundo árabe, a los eruditos musulmanes y a las organizaciones de medios de información árabes a denunciar a Estado Islámico como una deformación del islam. Funcionarios del Departamento de Estado elogiaron a los Emiratos Árabes Unidos por establecer su propio centro para combatir la prolífica propaganda de la agrupación terrorista.

Pero la evaluación de Stengel deja en claro que los funcionarios norteamericanos creen que hay que hacer mucho más que eso.

En el memorándum, Stengel le sugirió a Kerry la creación de un “foco de comunicaciones” en algún lugar de Medio Oriente, con personal representativo de los integrantes de la coalición, que tendría la tarea de realizar “actividades diarias y semanales de mensajes” en las redes, para luchar contra Estado Islámico, y que ese organismo debería tener un vocero en Bagdad.

Pero según Stengel, también esa medida enfrentaría inconvenientes. “Parece la solución más obvia y sencilla, pero estoy convencido de que no es tan fácil como suena, y por una infinidad de razones”, escribió en su informe.

Una ofensiva millonaria

La guerra contra el Estado Islámico en Irak y en Siria, que comenzó con una serie de bombardeos en agosto de 2014, le costó hasta ahora a Estados Unidos unos 2700 millones de dólares, es decir, alrededor de nueve millones de dólares al día. Lo informaron fuentes del Pentágono, según las cuales sólo en las operaciones especiales secretas la inversión fue de 200 millones de dólares. Lo más costoso fue el uso de la fuerza aérea estadounidense, que demandó una inversión de 1800 millones de dólares.

En tanto, ayer al menos 11 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes murieron cerca de la ciudad de Baiji (Norte) en una serie de atentados suicidas reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI), informaron la policía y el ejército. Cuatro coches bomba conducidos por kamikazes de nacionalidad alemana, británica, kuwaití y palestina se estrellaron contra posiciones de las fuerzas de seguridad en Hajaj, en la ruta que une Tikrit y Baiji, al noroeste de Bagdad.

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