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EXTRACCIÓN DE CERA DE LOS OÍDOS SIN RIESGOS TE AYUDARÁ A SENTIRTE Y OÍR MEJOR

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Tal vez sea algo desagradable en lo que preferirías no pensar, pero la cera de los oídos es una secreción orgánica totalmente normal y algo inevitable en la vida. Saber cómo controlarla te permitirá escuchar mejor y prevenir infecciones, dolores de oído y otros problemas.

QUÉ ES LA CERA Y POR QUÉ LA TENEMOS

¿Qué es exactamente esta sustancia? Bueno, el cerumen —el término médico— es un aceite ceroso que segregan las diminutas glándulas sebáceas y sudoríparas que recubren las paredes del conducto auditivo externo. Una pequeña cantidad de cerumen transita regularmente desde las profundidades del conducto auditivo hacia el exterior del oído actuando como una especie de cinta transportadora que arrastra consigo muchas impurezas. “Estas secreciones mantienen un flujo que se abre paso desde el tímpano hacia la abertura del oído, y en su camino recogen las células muertas de la piel, los pequeños vellos que recubren el conducto auditivo externo y otros tipos de residuos microscópicos”, explica Mark Vaughan, médico de cabecera y director médico de Auburn Medical Group, en Auburn, California. Al final, cuando la mezcla cerosa llega a la parte exterior del oído, normalmente se descama. El movimiento de la mandíbula al hablar y masticar favorece este proceso.

POR QUÉ EL EXCESO DE CERA PUEDE SER UN PROBLEMA

Algunas personas son más propensas a producir una cantidad excesiva de cera.     La acumulación de cera es especialmente frecuente en los adultos mayores. Según la American Academy of Otolaryngology (AAO), aproximadamente 1 de cada 20 adultos tiene acumulación de cerumen.

“El envejecimiento afecta a las glándulas, por ejemplo, a las glándulas salivales de la boca, a las glándulas mucosas de la nariz y la garganta y a las glándulas de los oídos, cuyas secreciones pueden cambiar de consistencia”, dice el Dr. Isaac Namdar, profesor adjunto del departamento de Otorrinolaringología del Mount Sinai West Hospital. A medida que envejecemos, las secreciones cambian de consistencia. El cerumen se vuelve más seco y duro y avanza más despacio hacia el exterior del conducto, lo que provoca la acumulación de partículas de piel muerta. Ciertos trastornos que producen sequedad y descamación de la piel, como el eccema, también pueden dificultar la salida de la cera.

Quienes usan audífonos o auriculares internos con frecuencia también corren riesgo, ya que los dispositivos pueden bloquear la salida de la cera. Esa acumulación de cerumen, llamada tapón de cerumen, es difícil de retirar, sobre todo si la cera está dura y seca. Esto puede originar dificultades auditivas, sensación de opresión en el oído, zumbido en el oído (llamado tinnitus) o dolor. “Si todo el conducto auditivo está bloqueado por el cerumen”, dice Ying.

CÓMO MANTENER LA CERA BAJO CONTROL

“Se cree que el cerumen es sucio y que hay que limpiarlo”, dice Nguyen-Huynh. “Pero nuestros oídos son como hornos de limpieza automática, diseñados para deshacerse de cosas indeseables”. A menos que la cera esté causando un problema, dice, no es necesario hacer nada.

En el caso de cantidades pequeñas, puedes hacer una limpieza suave de los oídos cada día. El mejor método: después de lavarte la cara o salir de una ducha caliente, colócate una toallita húmeda en un dedo y limpia los recovecos del oído externo. “Despejar la salida más externa facilitará el desplazamiento natural”, según Ying.

Las personas que tienden a producir abundante cerumen pueden probar a utilizar un agente suavizante —como aceite mineral, aceite de bebé o peróxido de hidrógeno al 3%— para ayudar a que la cera salga del oído o para eliminarla más fácilmente. Aplica una o dos gotas en el oído con un gotero, inclinando la cabeza de modo que la abertura del oído apunte hacia el techo. Permanece en esa posición durante uno o dos minutos para dejar que el líquido fluya hacia la acumulación de cera. Luego inclina la cabeza en la dirección opuesta para que salga el líquido junto con la cera que se haya desprendido. A veces, puede ser necesario aplicar suavemente unos chorritos de agua tibia en el oído con una pera de goma para desalojar el cerumen que se desprenda. Tal vez sea necesario repetir esta rutina antes de que se libere el exceso de cerumen.

Puede ser tentador introducir un hisopo de algodón, una horquilla, un lápiz o un dedo en el oído para extraer la cera, pero no te pongas a escarbar. Es cierto que extraerás parte de la cera, pero también puedes empujar el resto más profundamente en el conducto auditivo.

CUÁNDO CONSULTAR CON EL MÉDICO

Si con estas medidas no se despeja el cerumen, acude a tu médico para que elimine la obstrucción. No es nada raro que se acumule cerumen después de usar hisopos de algodón, porque con la “punta se tiende a empujar el cerumen más profundamente”, dice Nguyen-Huynh.

Si el tapón está bastante cerca de la abertura del conducto auditivo, un médico de cabecera puede extraerlo.

por: Barbara Stepko // AARP

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