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Formas de Morir: Las Mejores y Peores

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Alguna vez se ha hecho la pregunta: ¿Qué se sentirá morir? En realidad no existe una respuesta precisa, pero se cree que depende en gran medida en qué circunstancias muramos, ya que no todas las…

 Alguna vez se ha hecho la pregunta: ¿Qué se sentirá morir? En realidad no existe una respuesta precisa, pero se cree que depende en gran medida en qué circunstancias muramos, ya que no todas las agonías son iguales. Unas pueden ser muy dolorosas, y otras suaves como un sopor. 

 Aunque sea sólo por curiosidad, pero lea a continuación lo que algunos estudiosos en la materia, dicen ‘que se siente al morir…’ he aquí algunos ejemplos.  

 Decapitado 

¿Guillotina o hacha?… Aunque hace siglos que esto ya no se utiliza como castigo de muerte, de todos modos daba igual, porque si cortan la cabeza, nada le librará de sufrir por lo menos dos segundos de dolor extremo. La cuchilla cercena los huesos que unen la cabeza al cuerpo, y eso, según explica el forense Harold Hillman: “Tiene que causar un gran dolor”. Grande, pero breve, ya que dos segundos después se cae inconsciente por la hemorragia, aunque el cerebro puede sobrevivir 15 segundos más. 

 Ahogado 

 Aunque alguien muera en el mar, puede que los pulmones sigan estando secos. ¿Por qué? Gracias a la laringe, cuyos espasmos impiden el paso del agua al aparato respiratorio. Pero ni eso nos salvará… El agua anegará el estómago, y la falta de oxígeno hará que se amorate el rostro y que el cerebro sufra un coma mortal en unos minutos. 

Gaseado 

 El monóxido de carbono provoca una muerte rápida e indolora; por eso lo llaman el asesino silencioso. En caso de intoxicación el CO2 sustituye al oxígeno en el organismo, ya que su afinidad para mezclarse con la sangre es 250 veces superior. La víctima sólo nota un dolor de cabeza seguido de náuseas. Lo más probable es que se quede dormida antes de morir, pero si intenta huir, no podrá moverse ya que los músculos se agarrotan por el gas. 

 Quemado 

 ¿Qué ocurre si el fuego nos rodea?… En sólo unos segundos las llamas prenderán nuestros cabellos e irán consumiendo, por este orden: las manos, los hombros, el pecho y el rostro; aunque no veremos cómo nuestro cuerpo se calcina, ya que los glóbulos oculares estallarán al contacto con las llamas. Se estima que el dolor es mil veces superior al que se siente al poner la mano sobre una sartén al rojo, y dura diez minutos, lo que tardan las llamas en achicharrar los nervios. Pero, probablemente, moriremos antes por las gravísimas heridas.

Sediento 

 Morir de sed provoca un dolor de cabeza cien veces superior al de la peor resaca que se pueda recordar; porque, debido a la falta de agua, el cuerpo se nutre del líquido cefalorraquídeo del cerebro y, por tanto, lo seca. Además, tras dos días sin beber se deja de orinar y los riñones se hinchan, tanto, que causa un dolor similar a una puñalada; los ojos se secan y endurecen como si fueran de cristal. La agonía dura de tres a siete días. 

Asfixiado

 Un hueso de pollo atascado en las vías respiratorias, o las manos de un estrangulador alrededor del cuello provocan la hipoxia, que es la falta del suministro necesario de oxígeno a los tejidos y al cerebro. Las células sanguíneas, desoxigenadas, pierden su color rojizo y adquieren un tono morado que se refleja en la piel. La víctima pierde la conciencia en pocos minutos, y finalmente muere de un paro cardíaco.    

Congelado 

 El peligro de morir de hipotermia comienza cuando la temperatura corporal baja a 35ºC. Tras los escalofríos iniciales, las manos se entumecen, señal de que quedan unos 90 minutos de vida. Los vasos sanguíneos se hielan, lo que impide la circulación: en una hora, las extremidades estarán congeladas y el dolor será atroz. Antes de caer inconscientes por falta de riego cerebral, algunas víctimas se desnudan. ¿Por qué? No se sabe la causa exacta, pero se cree que es debido a las alucinaciones. 

 Desangrado 

 Tenemos cinco litros de sangre en el cuerpo; perderla toda puede llevar desde unos minutos hasta horas, según el tipo de herida. Al sabio romano Petronio, que se suicidó cortándose las venas durante un banquete, le dio tiempo a hablar de filosofía. ¿Pero sufrió? En absoluto. Se puede perder hasta el 15% de la sangre sin sentir más que un mareo. Pero conforme aumenta la hemorragia, se entra en coma…

 Es de Enterarse y Sorprenderse que no todos los tipos de muerte son tan dolorosos; sin embargo, la elección de cómo morir, nadie la tiene, a no ser un suicidio… ¡Pero eso ya es algo muy diferente!

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