Los mayas las llamaban MO. Las criaban para obtener las plumas que usaban en sus vestuarios, además de que en la mitología son las aves solares por excelencia, relacionadas con el punto cardinal del oriente.
La Guacamaya Roja o Escarlata, cuyo nombre científico desde 1758 es Ara macao, Linnaeus, es un ave grande y colorida, perteneciente al grupo de los psitácidos, grupo de los loros. Habita en los bosques húmedos tropicales desde México hasta la Amazonia en Perú, Bolivia, Brasil y Venezuela.
En México, su hábitat eran las selvas de Oaxaca, Tabasco, Campeche, Chiapas y Quintana Roo y en un tiempo llegaba hasta Tamaulipas. Actualmente el área donde se la puede encontrar se ha reducido significativamente por la destrucción y modificación del hábitat y la captura y comercio ilegal de la especie, que amenazan seriamente su permanencia en México, por lo que hoy en día sólo se le encuentra en la vertiente del Atlántico, desde el Este de Chiapas hasta la frontera con Guatemala. Habita las tierras planas al nivel del mar y hasta los mil metros de altura; ocupa las selvas altas y medianas siempre verdes y cercanas a grandes ríos y arroyos.
DESCRIPCIÓN: De cresta a cola, mide entre 81 y 120 cm de largo, pesa alrededor de 1 kg como ejemplar adulto, lo que la convierte en el psitácido más grande de México. El plumaje es principalmente escarlata, pero en la rabadilla y el plumaje sobre la cola es azul y amarillo en la parte baja de las alas. Tiene piel blanca en torno a los ojos y negra la mandíbula inferior.
COSTUMBRES Y REPRODUCCIÓN: Maduran a los cuatro años y se emparejan de por vida. La hembra pone 2 a 4 huevos en la cavidad de un árbol, que empollan por 24 o 25 días. Crían los polluelos durante 105 días; casi siempre sólo sobrevive uno. Al año de edad se separan de sus padres.
Es popular como ave doméstica por su comportamiento sociable y porque aprende a imitar palabras, por eso es utilizada como mascota. Pero por su plemaje también es codiciada en ornato y materia prima de artesanías, religioso, mitológico o comercial.
ALIMENTACIÓN: Se alimenta de gran variedad de frutas, semillas, vainas, hojas, flores y a veces de insectos como larvas, escarabajos y mosquitos.
Un parque ecológico de la península de Yucatán intenta evitar que estas aves que son de las más vistosas, desaparezcan de México.
El parque de Xcaret, de Cancún, Quintana Roo, Mex. fue creado hace veinte años y lleva trabajando desde 1993 en un programa para conservar la guacamaya roja, que antaño poblaba por miles las selvas lacandonas y de los que ahora apenas hay decenas viviendo en libertad.
Los últimos cálculos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad indican que en la Selva Lacandona, en el Estado de Chiapas, existe la única población de estas aves en México, con unos 150 ejemplares.
Se han arrinconado y han sido arrinconadas allí, después de haberse extendido durante siglos por comarcas distribuidas desde el norteño departamento de Tamaulipas hasta el sureño de Chiapas.
El parque Xcaret, refugia a las guacamayas escarlata, aunque en cautividad, para garantizar su supervivencia. Allí aprenden a volar, a relacionarse con sus semejantes, a formar una familia y a procurarse comida, para luego, progresivamente regresar de nuevo a poblar las selvas mexicanas.
Hay en el parque ecológico el mayor número de guacamayas escarlatas en México y Centroamérica: 950 ejemplares, de las cuales 100 son parejas en edad de reproducción, la mitad de ellas activas.
La idea es que, en diciembre próximo, los primeros cincuenta ejemplares de guacamaya roja o escarlata sean liberados en la comarca de Palenque, en Chiapas, con el fin de marcar una tendencia que pueda asegurar la supervivencia de la especie.
Eso sólo se va a conseguir después de que con el tiempo se haya incrementando el número de parejas reproductivas, con un alto crecimiento en el 2009, y procurando que la liberación de los ejemplares no ponga en riesgo el futuro del proyecto.
Fue en el 2009 cuando Xcaret alcanzó el récord Guiness por el mayor número de guacamayas nacidas en un sólo lugar: 105 nacimientos, de las cuales sobrevivieron los 105 polluelos.
No ha sido fácil llegar a eso, porque la guacamaya sólo tiene una pareja en la vida, recuerda Raigoza. “Cuando eligen a su compañero no se separan nunca y si uno de los dos muere es casi imposible que busquen a otro”, sostiene.
De hecho, cuando se sueltan decenas de ejemplares desde un montículo del parque para que puedan ser contemplados por los visitantes, al final las parejas vuelven a su lugar volando de regreso juntas.
El parque ecológico está buscando que la UNESCO lo incluya en la lista de proyectos que destaca por las buenas prácticas para la salvaguardia del patrimonio cultural y material, que recoge programas de ocho países y de los que México aún está ausente.
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