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¡Mi esposa está embarazada y no quiere nada de nada…!

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Por: Martha Lizola

  Para muchas parejas el embarazo parece ser una señal de ‘Stop’ para su vida sexual. Pero no, ¡el Embarazo NO es el fin de la vida sexual!  Es increíble, pero para una inmensa mayoría de las parejas, la feliz noticia de la pronta llegada de un nuevo integrante significa, automáticamente, un poderoso declive de la vida sexual. Así, la pareja que tan afanosamente disfrutaba de una intensa actividad erótica ‘buscando’ o no la fecundación, sin darse cuenta pareciera que ha cumplido su objetivo propuesto e infelizmente comienza a perder el contacto, surgen ancestrales tabúes y temores y poco a poco va desapareciendo la actividad sexual.

  Eso es lo que observamos en la vida sexual de los animales, la hembra se vuelve arisca al macho, y éste ya no siente los olores que antes tanto lo excitaban, por lo que vuelca su interés en otras hembras a las que encuentra más receptivas.

   Pero los seres humanos tenemos una sexualidad diferente a la de los animales, aun a la de los primates superiores, y la fecundación debería reforzar el vínculo entre los cónyuges y hacer más firme el compromiso de fidelidad. Sin embargo, recientes investigaciones en EEUU, en la Universidad de Boston, muestran, sin lugar a dudas, que más del 80 % de las infidelidades comienzan con el embarazo, producto del desinterés femenino y la aumentada sexualidad del varón. Operan aquí viejos tabúes y ancestrales prohibiciones fruto de la ignorancia y de una cultura tristemente machista, que denigra la belleza del embarazo e ignora la competencia masculina, fomentando la infidelidad tan característica de la ‘Casa Grande’ donde vive la esposa legal y sus hijos y la ‘casa chica’ donde vive la concubina, generalmente más joven y pobre.   Debido también a esto, los tristes ‘kilos de más’ que aparecen en la gestación, ¡muchas veces no se bajan ya en toda la vida!

  Es preciso informarse y aceptar los nuevos valores que marcan nuestra época, donde la mujer ocupa un lugar totalmente diferente del que ocupara antaño, un lugar más igualitario, más digno y activo. En los humanos de ninguna manera decrece el deseo sexual en la mujer durante el embarazo, al contrario, en muchísimas mujeres éste suele aumentar, de manera que si el varón se aleja, se generan una serie de resentimientos que luego se hace difícil subsanar. No se ‘cuida’ a la mujer gestante no haciéndole el amor, al contrario, se la ofende y se la relega, por eso el ser un verdadero amigo de su esposa, mantiene y hasta acrecienta su actividad erótica como muestra de cariño y agradecimiento hacia su mujer. Y si a veces pueden existir algunos problemas ‘físicos’ que dificultan la actividad sexual, en la medida que no tenga la gravedad de algún peligro, son un estímulo a la creatividad erótica, a la búsqueda de nuevas e inteligentes formas de hallar la satisfacción sicosexual, aun de manera no tradicional pero sí efectiva. Un ejemplo de esto es el relato de Susana, una joven mujer embarazada que abandonó su vida sexual en cuanto supo que estaba preñada, y pese a los consejos que podía continuar con su vida sexual normal, sin peligro alguno para su bebé, ignoró por completo a su esposo en ese aspecto de sus vidas.

  Éste parecía feliz, no protestaba y hasta se veía como cuidando a su mujer, pero en el transcurso de los meses conoció íntimamente a su joven y rubia secretaria, ¡y se separó de Susana unos días antes del parto! ¿Y quién fue culpable en este caso?, el esposo no dejó de ser hombre y sentir los deseos sexuales normales del ser humano, pero Susana no entendió que podía seguir con su vida normal y pagó las consecuencias con una separación. Elizabeth, por su parte, supo escuchar atentamente a su médico y apelando a su creatividad y pese a algunas pérdidas sin importancia, logró creativamente satisfacerse a sí misma y también a su joven esposo con su desenfado y ‘buena onda’. Está de más decir que transcurridos los años sigue junto a él, ¡y son muy felices!

  Este llamado a la creatividad erótica durante el embarazo no debiera ‘escandalizar’ a nadie, al contrario, es en la sana conversación entre los miembros del vínculo, asistidos por un profesional en la materia, donde se encuentra la llave… Donde se encuentra la clave para que la ‘dulce espera’ sea verdaderamente dulce y no deje el sabor amargo de la frustración, la infidelidad y la mentira.

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