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Ingenio Animal

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Son muchos los animales poseen tal inteligencia, que no son pocas las ocasiones que nos sorprende …He aquí algunos casos: Delfines Un acuario de San Francisco tenía el problema de que la gente arr

Son muchos los animales poseen tal inteligencia, que no son pocas las ocasiones que nos sorprende …He aquí algunos casos:  Delfines  Un acuario de San Francisco tenía el problema de que la gente arrojaba basura a la piscina de los delfines.  Uno de los adiestradores tuvo una idea para solucionar el problema. Enseñaron a los delfines para que recogieran la basura y se las entregaran a ellos. Por cada desperdicio colectado, el animal recibía un pez a cambio.

Tal y como se había previsto, el plan funcionó de maravilla, y a los delfines les encantó el juego. Pero una vez un delfín muy astuto encontró en el fondo del tanque una gran bolsa de papel y no se quizó conformar con sólo con un pez, por tal motivo la rompió en pequeños trozos y así, consiguió varios peces. Cuando su entrenador se dio cuenta del truco y no pudo hacer más que, sorprenderse. Aves Inteligentes Desde que los pelicanos descubrieron un modo sencillo de pescar, se han ganado el respeto de los mismo pescadores humanos. Y es que para atrapar a sus presas, un grupo de pelícanos se juntan y nadan hacia la costa formando un semicírculo y haciendo todo el escándalo que pueden. De esta manera asustan a los peces y los van conduciendo hacia la orilla de la playa.

Ya en aguas poco profundas, los pelícanos descienden y comienzan a chapotear uno al lado del otro, agitando las alas. De esta manera los peces son presa fácil para los grandes picos de estas aves. Otra ave que se convirtió en buen pescador es el grajo*. Esta ave aprendió tal técnica cuando vio una vez cómo dos hombres pescaban a través de un agujero hecho en el hielo. Los hombres habían preparado su aparejo de pesca de tal manera que cuando un pez picaba se levantaba una bandera roja. Así cogían el pez y ponían más cebo en el aparejo. Después de observarlos durante un buen rato, el grajo decidió que era su turno. La siguiente vez que la bandera roja se elevó, el grajo se acercó al agujero, cogió el aparejo con el pico y estiró. Los atónitos pescadores vieron cómo el grajo tiraba del aparejo una y otra vez. Repitió ese movimiento hasta que el pez apareció sobre el hielo. Los pescadores se quedaron sin habla mientras veían cómo el grajo se apropiaba del pez destinado para su cena.

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