Fue el ídolo de muchos, vendió millones de discos, un compositor prolífico que supo crear un estilo absolutamente personal.
Aquel muchacho de modales tímidos jamás imaginó que un día su muerte ocasionaría el llanto de toda una nación y la tristeza de muchísimos otros. Juan Gabriel será por siempre recordado, por su música y por esa calidad de ser humano que era. Mucha gente se identificó con él a través de sus canciones, pero también por la cercanía que siempre tuvo con su público desde que inició su carrera y hasta que se fue.
En los conciertos no se limitaba a cantar, le gustaba interactuar con la gente y en muchas ocasiones bajaba del escenario ante la sorpresa del público que enloquecía.
Sí!, su muerte fue un dolor, pero aún más fue para muchos el no poder darle su último adiós en cuerpo presente, ya que por decisión de la familia el cuerpo del cantautor fue cremado, creando con ello una gran incertidumbre y a la vez apagó la ilusión de volverlo a ver y despedirlo.
México homenajeará a uno de sus grandes ídolos populares en el Palacio de Bellas Artes, el recinto de la capital reservado para los funerales de los grandes de la cultura mexicana.
Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel, Nació el 7 de enero de 1950 en Parácuaro, Michoacán. Hijo de Gabriel Aguilera y de Victoria Valadez, ambos campesinos. Fue un compositor, intérprete, músico, productor discográfico y filántropo.
“Y así fue”, como este gran ídolo logró que el público cantara sus canciones, que lo amaran y que se le entregaran incondicionalmente hasta el final… ¡JuanGa descansa en paz!!
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