Los que tenemos algún trabajo de donde ‘sacamos para la papa’, con frecuencia decimos “La carga hace andar al burro”. Con eso queremos decir que la necesidad nos hace trabajar, o que el deber nos llama y la responsabilidad nos empuja, o que la vieja… Pero hablemos un poco del dicho, que junto con el de “Arrieros somos y en camino andamos” alguna vez explicamos en DICHOS Y REFRANES.
Es cierto que la carga hace andar al burro, por lo menos le facilita el paso, el caminar, peeeeeero para que eso suceda se necesita un buen arriero, un arriero que sepa cuidar su atajo y que sepa distribuir bien las cargas, porque no cualquier carga hace andar al burro. Eso lo aprendieron los modernos arrieros que cargan en sus burros-camiones lo más pesado pegado a la cabina y lo más liviano al final.
Un mal arriero no sólo no hará que la carga no haga andar al burro, sino que le hará la carga más pesada y hará que el burro se pasme. (una pasmada es una llaga en el lomo de las bestias a causa de una carga mal fajada y mal acomodada) y, si el burro no es muy manso ni muy menso, o si es un poco “mula”, se le puede ‘amachar’ al arriero y no dará paso hasta que sienta que la carga está bien hecha, cual debe ser. Y un burro puede llegar a ser más terco que una mula.
Así como hay cientos, miles y millones de burros que se quejan de sus arrieros porque no les acomodan bien la carga, hay cientos, miles y millones de obreros, empleados y trabajadores que se quejan de sus patrones y de sus supervisores porque no les distribuyen bien el trabajo o les dan trabajo de más… ¡Nunca de menos!.. a no ser que… no, ni así.
Sin embargo, hay que tener cuidado porque también hay muchos burros ‘muy mulas’ que se quejan con rebuznos lastimeros y arquean el lomo simulando que la carga está pesada cuando ni carga llevan, y serán los que después andan con su carguita paseando de un lado a otro de la manada con unos pasotes y su carota de burros flojos….
Pero baste de hablar de otros burros. En mi caso yo no me puedo quejar (necesito el trabajo), porque no fue sólo el arriero, el que le echó carga al ‘burro’, sino que fui tan burro, pero tan burro, que yo mismo me ofrecí de voluntario y me eché al lomo el compromiso de hacer algunas columnitas para El Aviso, y como que empiezo a sentir ampollas en el lomo, cerebral por supuesto, de modo que aprovechando una invitación que me hizo hace algunos ayeres el editor para que alternemos cada semana su artículo del DIGO, yo NOMÁS DIGO con La Columna del Lic. Vidriera, y con el fin de atender debidamente los demás trabajos encomendados, La Columna del Lic. Vidriera aparecerá cada dos semanas, mientras aparezca.
Digo, también los burros pueden echar unos cuantos reparos para acomodarse la carga, o para tirarla y que los vuelvan a cargar como es debido, ¿o qué?
Y hablando de artículos, el de PLANTAS Q’CURAN también se está publicando cada dos semanas, para que no lo busquen cada semana… Reglas son reglas y cuando bajan, bajan… y cuando pegan pegan…
Ahhh, Pero no piensen los que hacen favor de leerme que se van a deshacer del Lic. Vidriera, no, señor, porque algo habrá de mí en cada revista en todos los articulos que firmen MaSo, Aristócrates Botello, Galeno Centeno, Herodoto Soto y Ahí Lesvoy ….. Salud y saludos y hasta dentro de dos semanas.
El Pilón.- Como dijo aquel que dijo: Arrieros somos y en camino andamos es algo que pueden decir los arrieros y los burros jóvenes. A los arrieros y burros viejos que ya vamos en el último tramo del último viaje ya no nos queda ni prometer ni amenazar. Calladamente debemos hacer el último esfuerzo, llevar, aunque sea arrastrando, la carga hasta el final… Colgar los huaraches y los aperos y descansar en paz. Amén.
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