Mientras se paseaba por el parque, una corneja (pájaro de la familia de los cuervos, pero más pequeño y de plumaje brillante) vio a unos hermosos pavoreales.
Mientras se paseaba por el parque, una corneja (pájaro de la familia de los cuervos, pero más pequeño y de plumaje brillante) vio a unos hermosos pavoreales. Quedó sorprendida por la belleza de estas aves: jamás había visto plumas tan bellas, tan grandes ni de tantos colores.
Y como era muy vanidosa, sus plumas cortas y negras la llenaron de tristeza. Una tarde vio en el suelo algunas hermosas plumas que uno de aquéllos había perdido.
– Si las uno a las mías, mi cola se verá tan bella como la de los pavoreales -se dijo.
Muy orgullosa de sí misma, se burlaba de las otras cornejas de plumas lustrosas, pero negras.
Decidió irse a vivir con los pavoreales, sus nuevos hermanos. Estos, aunque con lástima, la aceptaron.
Y cuando quiso lanzar el grito propio del pavoreal, de su garganta salieron unos graznidos desafinados.
Al darse cuenta del engaño, los pavoreales, sin piedad por embustera la echaron de allí a picotazos.
Moraleja: Tal como eres te debes aceptar, de lo contrario decepciones te vas a llevar!
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine