Frank Henderson, robusto hombre cincuentón, se tiene que disfrazar de Santa Claus por lo menos una o dos veces por semana, porque esa es la única manera en que su esposa Marian se siente con el ánimo
Frank Henderson, robusto hombre cincuentón, se tiene que disfrazar de Santa Claus por lo menos una o dos veces por semana, porque esa es la única manera en que su esposa Marian se siente con el ánimo adecuado para el amor.
Tan extraña manía de la señora Henderson, de 47 años no es cosa de estos últimos días, no!, sino que viene ya de seis años atrás, cuando Frank se ofreció de voluntario para actuar como Santa Claus en una tienda departamental de su localidad. Al ver a su marido con un traje rojo y una enorme barba blanca, a Marian se le subieron las pasiones a la cabeza y poco faltó para que se le avalanzara para seducirlo!
“Francamente, la chispa de nuestro matrimonio ya no existía”, recuerda Marian. “Pero de repente, al verlo así, me di cuenta de cuánto anhelaba que me tocara de nuevo… Fue algo fantástico. Me sentí como si fuéramos recién casados durante toda la temporada navideña”.
Pero la excitación terminó cuando, en enero, Frank se quitó su traje de Santa Claus y lo devolvió a la tienda. Fue a partir de allí, que su esposa no quiso saber nada más del sexo… a no ser que su marido estuviera vestido de Santa. Así que a Frank no le quedó otra alternativa que vestirse de
Papá Noel. Pero eso no es todo en esta singular pareja, sino que en su casa la Navidad se celebra todos los meses del año, pues dejan puestos los coloridos adornos para conservar el espíritu festivo los 12 meses.
“Sería muy raro que Frank se vistiera de Santa en casa si la decoración no fuera también navideña”, manifiesta Marian: “Para nosotros, cada día es una ocasión para celebrar… No sé por qué adoro a Santa Claus de esta manera y quizás mi Frank no sea ningún San Nicolás, pero igual es un gran hombre.
“Sé que él se sentía estúpido vistiéndose así para tenerme contenta y con ganas de amarlo. Lo hizo porque me adora y quiere hacerme feliz”.
EL ENOJO DE SANTA CLAUS Frank recuerda como se quedó perplejo hace seis años, al ver la súbita falta de interés de su esposa, luego de tantas noches de amor y dice que francamente se enojó mucho cuando ella le dijo que había sido el disfraz rojo brillante lo que le había despertado de nuevo la chispa.
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