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La Fe Mueve Montañas

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 La fe y la perseverancia, son la clave del triunfo en nuestras vidas.
 

Y prueba de ello es esta historia escrita por Hanoch McCarty, la fe es lo último que el ser humano debe perder.
 Ángela, una niña de doce años, padecía una debilitante enfermedad del sistema nervioso. No podía caminar, y todos sus movimientos estaban también limitados de otras maneras.

  Los médicos no tenían muchas esperanzas en cuanto a su recuperación de esta enfermedad. Predijeron que pasaría el resto de su vida en una silla de ruedas.

  La niña estaba impertérrita, pero tenía mucha fe y allí acostada en su cama del hospital juraría a cualquiera que quisiera escucharla, que algún día volvería a caminar.

  Se le trasladó a un hospital en el sector de la Bahía de San Francisco, especializado en rehabilitación. Se le aplicaron todas las terapias disponibles para un caso como el suyo. Los terapistas estaban encantados por su indomable espíritu. Le enseñaron a imaginarse a sí misma caminando. No pasaría nada más, pero por lo menos le daría esperanza en algo positivo qué hacer durante esas largas y aburridas horas en cama. Ángela trabajaría tan duro como fuera posible en terapia física, piscinas de masajes y sesiones de ejercicios. Pero trabajaba igualmente duro allí, acostada, forjándose fielmente su imagen, ¡visualizándose a sí misma moviéndose, moviéndose, moviéndose!

  Un día, mientras se esforzaba en imaginar sus piernas en movimiento otra vez, pareció que sucedió un milagro: ¡La cama se movió! ¡Comenzó a moverse alrededor de la habitación! Ella gritó: “¡Miren lo que estoy haciendo! ¡Miren! ¡Miren! ¡Puedo hacerlo! ¡Me moví!”

  Por supuesto, en ese instante todo el mundo en el hospital también estaba gritando y corriendo para ponerse a salvo.
 Las personas gritaban, los equipos médicos caían y los vidrios se rompían.

  Como puedes ver, era el terremoto de San Francisco y Oakland. Pero no le digas eso a Ángela. Esta convencida de que ella fue quien lo hizo.
Y ahora, solo unos años después, esta de vuelta en la escuela. Parada en sus dos piernas, sin muletas y sin silla de ruedas.

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