¿Sabe de memoria el número de teléfono del pediatra de su hijo o de algún hospital cercano a su hogar? ¿Sabe dónde está la sala de urgencias más cercana, y la ruta más rápida para llegar allí? ¿Sabe s
La falta de preparación por parte de muchos padres ha ocasionado que un simple accidente en sus hijos se torne en una verdadera tragedia… No permita que esto le pase a usted!
Por: Adri Hernández
¿Sabe de memoria el número de teléfono del pediatra de su hijo o de algún hospital cercano a su hogar? ¿Sabe dónde está la sala de urgencias más cercana, y la ruta más rápida para llegar allí? ¿Sabe si su hijo es alérgico a alguna medicina y cuál?… Estas, son sólo algunas preguntas que todo padre debería hacerse para saber si realmente está preparado para afrontar una emergencia.
Por desgracia la mayoría de padres se preocupa muy poco en prepararse para una emergencia. Algunos alegan no tener tiempo para estas cosas y otros ni le toman importancia. El problema está que cuando ocurre un accidente, sobretodo si es fuera de casa, su falta de preparación, suele tornar un simple accidente en una verdadera tragedia. No permita que esto le suceda a usted.
A continuación le mencionaremos algunos de los accidentes más comunes que los hijos suelen tener fuera del hogar y de como un padre puede actuar en caso de que esto suceda:
En caso de caídas (no traumáticas) o lesiones de la cabeza, asegúrese de que su niño pueda mover las piernas y los brazos con facilidad y que sus pupilas no estén dilatadas (más grandes de lo normal). También observe si hay cambios de conducta, como desorientación o llanto persistente. Continúe estando pendiente de esos síntomas las primeras dos horas.
Si vomita más de dos veces o tiene un fuerte dolor de cabeza, llame a una ambulancia o diríjase a la sala de emergencias. De lo contrario, para tratar chichones o moretones pequeños, aplique hielo por 20 minutos cada dos horas y haga que descanse y eleve el área lesionada.
Para evitar este tipo de accidentes es importante que se insista a los chicos a usar equipo de protección mientras realicen cualquier actividad deportiva que requiera equipo especial.
Más de 2.5 millones de niños y jovencitos visitan la sala de urgencias anualmente debido a lesiones deportivas. No nos referimos solamente al fútbol y al baloncesto. La moda de las patinetas o patines sobre ruedas de una sola línea ha generado una epidemia de lesiones de muñeca, antebrazo, rodilla, codo y tobillo. Los accidentes en bicicleta pueden causar lesiones en la cabeza, así como laceraciones y huesos rotos. Un equipo de protección es la clave para prevenir estas lesiones.
“Si su hijo sufre una lesión durante un evento deportivo, debe dejar de jugar. Su joven cuerpo está creciendo y usted necesita cuidarlo”, dicen los expertos. Si sospecha que su hijo se ha torcido un tobillo, haga que se quite el zapato y eleve el tobillo. Póngale hielo por 15 ó 20 minutos y evuélvalo en una venda Ace.
Si no soporta el peso o está hinchado, llame a su médico o vaya a la sala de emergencias para que le tomen una radiografía. Los chicos, aún los más pequeños son más propensos a una fractura de hueso que a una torcedura. Hasta los 12 años, los huesos tienen proporciones abiertas, llamadas epíficis, que se fracturan fácilmente.
Si es un corte profundo no lo piense dos veces, acuda a emergencias. Las cortadas profundas y de abertura ancha, que sangran profusamente por más de 10 minutos, necesitan ser tratadas rápidamente para detener la hemorragia, prevenir infecciones y apresurar su curación.
“Muchos padres no se dan cuenta de que no suturamos cortadas si llevan más de 12 horas, ya que no pueden limpiarse lo suficiente. Si las cerramos, estaremos sellando las bacterias que podrían causar una infección”, dice la doctora Rebecca Smit-Coggins, directora de medicina de emergencia en Stanford, California.
Aproximadamente 350,000 niños son tratados por quemaduras en salas de urgencias cada año. No importa qué ocasione una quemadura, usted necesita enterarse de qué tan grave es inmediatamente. En las quemaduras de tercer grado, se forman ampollas al momento y la piel puede verse blanca, quemada o dura. Estas son consideradas las más peligrosas porque generalmente dañan los centros nerviosos.
“En una quemadura de segundo grado, la piel podría ampollarse, pero permanecer rosada”, dice el doctor Bob Shcafermeyer, director del departamento de medicina de emergencia del Carolinas Medical Center en Charlotte, Carolina del Norte. Y si la piel se pone roja, como una quemadura de sol y su hijo tiene bastante dolor, probablemente se trate de una quemadura de primer grado. Cualquier quemadura que cubra el equivalente a tres palmas de la mano de su hijo necesita atención médica.
Si algo caliente se le derrama sobre su niño, quítele la ropa inmediatamente. Deje correr agua fría sobre la quemadura por 10 o 15 minutos o hasta que el dolor aminore. Para quemaduras menores aplique una crema antibiótica tópica, después de 15 ó 20 minutos. Nunca ponga mantequilla en una quemadura, pues eso sólo conservaría el calor adentro empeorando las cosas.
Ahora le pregunto ¿realmente está preparado para una emergencia? ¿Tiene botiquín de emergencia? ¿sabe dar CPR? si su respuesta es “sí”, le felicitamos!. Pero si fuera “no”, entonces le recomendamos que se ponga en contacto con el local más cercano de la Cruz Roja Americana (Red Cross) en donde le darán la información y/o el entrenamiento necesarios.
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