No sé si a usted le pase igual que a mí, pero conforme pasan los años me parece que el tiempo se va cada vez más rápido. Este 2007, por ejemplo, para mí se fue volando. Y la verdad que no me quejo, po
“En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior
a él…” Margaret Tatcher Ex-Primera Ministra Británica
No sé si a usted le pase igual que a mí, pero conforme pasan los años me parece
que el tiempo se va cada vez más rápido. Este 2007, por ejemplo, para mí
se fue volando. Y la verdad que no me quejo, porque fue un buen año para mí
y para mi familia en muchos sentidos, como espero que haya sido para todos
ustedes que hacen el favor de acompañarme semanalmente en esta columna
y también a través del Noticiero Azteca América (que por cierto ya volvió a
tener dos emisiones diarias).
Pero bueno… precisamente pensando en la velocidad de los eventos, siento
que las elecciones presidenciales en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina.
Esas van a ser unas elecciones históricas en muchos sentidos. A mí, en
lo particular, me llama mucho la atención que en el mismo proceso, dentro del
partido demócrata, haya tres aspirantes que por sus características personales
podrían ser los primeros de su tipo en llegar a la presidencia del país más poderoso
del mundo. Me refiero por supuesto a Hillary Clinton, Barak Obama y
Bill Richardson: una mujer, un afroamericano y un hispano.
Las posibilidades de Richardson, actual Gobernador de Nuevo México, son
prácticamente nulas, ya que marcha muy por abajo en las encuestas. Pero Hillary
y Barak van a tener un cierre de “fotografía” como se dice en las carreras
de caballos.
Barak es un personaje muy carismático, fresco, joven y con buenas ideas.
Pero dicen sus críticos que “no es suficientemente negro” como para ganar
el voto mayoritario de las personas de su raza. Por su parte, la esposa del expresidente
aún lleva la delantera en las preferencias en general incluso por encima
de su principal competidor del partido Republicano, Rudolph Guiliani.
Lo que Hillary tiene más a su favor es la imagen de su marido.
¿Qué curioso?, fíjese que, a pesar del escándalo, o más bien los escándalos
sexuales en los que se ha visto involucrado, el público estadounidense y sobre
todo las mujeres, como que le han perdonado sus “pecadillos” y lo recuerdan
más por su galanura y simpatía. Y eso se lo reparten a Hillary por añadidura
aún cuando su imagen no es tan cautivadora.
Lo que ella tiene en su contra, quizás, es la falta de experiencia política en
cargos de alto nivel, porque si bien es actual Senadora por Nueva York, eso
no se compara por ejemplo con gobernar un estado o ser alcaldesa de una ciudad
importante como Nueva York o Los Angeles. ¡Interesante!, de cualquier
manera, la idea de ver a una mujer no sólo al frente de la Casa Blanca, sino
en el delicadísimo puesto de Comandante en Jefe del Ejército de los Estados
Unidos… Nada más y ni nada menos!
Ahora bien… ¿estará la nación preparada para darle a Hillary semejantes
responsabilidades? La revolución feminista ha avanzado a pasos agigantados
y el abismo que antes existía entre ambos sexos se ha ido reduciendo en casi
todos los ámbitos de la vida. Por eso, no sería de extrañarse que el año que
entra, si Dios nos presta vida, quizás estemos hablando en esta columna de la
“Señora Presidenta”… Digan lo que digan!
Envía tus comentarios a: jmsamano@aztecaamerica.com.
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las 5:30 pm y 11:00 pm.
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