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La vuelta a la tortilla.

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Yo le aseguro que la mayoría del pueblo estadounidense y muchos de los políticos, ni siquiera se imaginan el enorme poder del voto hispano que tiene hoy en día. Ignoran, sin temor a equivocarme, que e

Yo le aseguro que la mayoría del pueblo estadounidense y muchos de los políticos, ni siquiera se imaginan el enorme poder del voto hispano que tiene hoy en día. Ignoran, sin temor a equivocarme, que el nueve por ciento de los electores registrados en este país son de origen latino. Mucho menos han de saber que entre un cuatro y un cinco por ciento de esos votantes habla el español por encima del inglés.

Bueno, pues déjeme decirle que esos números son suficientes como para “darle la vuelta a la tortilla” en una elección presidencial como la que se avecina en el 2008. Es por eso que los republicanos, si es que aún quieren conservar la Casa Blanca, deberían tener muchísimo más cuidado y respeto con la forma en que están abordando el tema de inmigración. Si usted vio el debate televisado de este domingo 9 de diciembre, habrá notado que, a excepción de John Mc Cain (que tiene muy pocas posibilidades), el resto de los siete precandidatos republicanos adoptó una actitud por demás soberbia acerca del tema que más afecta y preocupa a nuestra comunidad.

Todos hablaron de poner más bardas, de mejorar la tecnología de vigilancia en la frontera, de aplicar leyes más duras en contra de los indocumentados, etc. Al mismo tiempo, ninguno estuvo a favor de una Reforma Migratoria ni mucho menos de una amnistía. El problema es que tampoco ofrecieron detalles de como diablos enfrentarían la papa caliente que significan los 12 millones de personas que ya están aquí viviendo en la oscuridad.

Políticos al fin y al cabo. Pero mire, nuestra gente no es tonta y ya desde ahora le está pasando la factura al partido del actual Gobierno. Las más recientes encuestas nacionales revelan que, a grandes rasgos, sólo tres de cada diez hispanos apoyan al Presidente Bush (29%). También demuestran que los votantes latinos apoyan a los demócratas muy por encima de los republicanos (57-23%). Esto les debería preocupar en serio a los conservadores, sobre todo considerando que al principio de la presidencia de Bush hijo, en 1999, el apoyo hispano era más o menos tan bajo como el actual, pero a mitad de su periodo había subido bastante.

Es decir, los hispanos al principio creyeron en Bush y en los republicanos; pero poco a poco se dieron cuenta de sus verdaderas intenciones y dejaron de aprobarlos. Ahora, lo que realmente podría cambiar el rumbo del país es la forma en que los votantes hispanos están apoyando a Hillary Clinton, que hoy por hoy parece que la tiene ganada entre los demócratas. A ella, la favorecen con el 66 por ciento de las intenciones, contra apenas un 27 por ciento hacia Rudy Guilliani, el republicano que marcha a la cabeza en su partido. En pocas palabras, la mayor parte de la comunidad latina que es ciudadana de Estados Unidos rechaza a los republicanos, a la política de Bush y apoya a Hillary como representante de los demócratas para que se convierta en Presidenta.

Que se cuiden entonces los republicanos de aquellos a quienes tanto han ignorado y maltratado durante los últimos años.… Digan lo que Digan. Envía tus comentarios a: jmsamano@aztecaamerica.com.

Más información y más noticias con José Martín Sámano. Que se transmite por Noticiero Azteca América (Canal 54) en la tarde y noche. 5:30 pm., y 11:00 pm.

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