Tradicionalmente se consideraba que los pulmones sanos eran órganos estériles. De hecho, cuando se encontraban bacterias en esta parte del aparato respiratorio, se las relacionaba con enfermedad. Sin embargo, en los últimos años se ha descubierto que los pulmones albergan diversos tipos de microorganismos e, incluso, se cree que algunos de ellos ejercen un papel protector frente al asma.
Los especialistas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) explican que se conoce como microbiota al conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, aqueas, virus y parásitos) que reside en nuestro cuerpo. Estos microorganismos pueden ser “mutualistas, comensales y patógenos”, aclaran.
UNA MICROBIOTA MUY PERSONAL
“Desde el nacimiento, existe una relación simbiótica entre el microbiota y nuestras células que evoluciona con el tiempo adaptándose a los cambios. Por su enorme capacidad metabólica, se ha considerado al microbiota como un ‘órgano’ imprescindible para la vida y con influencia en la salud y en la enfermedad”, indican este grupo de médicos y científicos.
Además, añaden que “su composición presenta particularidades y características propias en cada individuo”
El microbiota intestinal es la que más se ha estudiado. En cambio, la microbiota respiratorio se empezó a estudiar más tarde ya que se consideraba que el pulmón sano era un órgano estéril y la obtención de muestras es más compleja.
“A partir de 2010 se confirmó que el pulmón sano no es un órgano estéril, sino con un microbiota pulmonar, mientras que antes se atribuía la presencia de bacterias en el tracto respiratorio inferior a enfermedades”, señala Juan Luis García Rivero, neumólogo del Hospital de Laredo, en Cantabria (norte de España).
La microbiota respiratoria influye en el estado de salud o enfermedad. Gracias a nuevas técnicas de secuenciación de genes, se han conocido el tipo de microorganismos que habitan en el pulmón del paciente con asma y cómo la diversidad de bacterias, virus y hongos interactúa con el sistema inmune.
ORGANISMO QUE PROVOCAN O PROTEGEN DEL ASMA
Al compararla con la de sujetos sanos, la microbiota de los pacientes con asma presenta una mayor carga bacteriana, sobre todo del género proteobacteria, y una menor diversidad en su vía aérea inferior.
En cambio, las bacterias de los géneros “Firmicutes” y “Actinobacteria” son más comunes en sujetos sanos. Además, la microbiota de los pacientes con asma leve se parece más a la de aquellos que tienen asma grave que a la de los sujetos sanos.
LA “HIPÓTESIS DE LA HIGIENE”
En este sentido, estudios como PARSIFAL y GABRIELA demostraron que la prevalencia de asma en niños residentes en granjas era mínima comparada con niños que no viven en ellas (grupo de control), lo que hace suponer que la exposición a determinados microbios protege del desarrollo del asma.
De este modo, la llamada “hipótesis de la higiene” sostiene que el contacto desde edades tempranas con el suelo, el polvo o los animales de granja, el tamaño de la familia y otros factores, como el nacimiento por parto vaginal versus cesárea o la lactancia materna versus lactancia artificial, son determinantes en la disminución del riesgo de desarrollar asma. “Una dieta saludable, deben ser los pilares del manejo de las enfermedades crónicas, incluido el asma”, dice el doctor García Rivero.
“Asimismo, debemos alertar del excesivo uso de antibióticos y corticoides orales; del aumento en el número de cesáreas programadas no necesarias o del incremento de la lactancia artificial, ya que son medidas que deberíamos limitar lo máximo posible para, en un futuro, conseguir entre todos disminuir la incidencia de esta enfermedad”, concluye el neumólogo.
Por Purificación León//EFE/REPORTAJES
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