Calificado por sus vecinos como un hombre de pocas pulgas, Burton Cummings es un granjero que junto a su esposa Ruth, radica en la pequeña población rural de Agare, al este de Limerlick, en Irlanda.
Calificado por sus vecinos como un hombre de pocas pulgas, Burton Cummings es un granjero que junto a su esposa Ruth, radica en la pequeña población rural de Agare, al este de Limerlick, en Irlanda. El tosco granjero, de 42 años, es conocido como un barbaján, grosero y buscapleitos, además de que su esposa lo ha denunciado varias veces por maltrato, además de que se rumora “que no cumplía sus deberes de esposo” por andar de mujeriego en otras poblaciones.
Y precisamente para obtener la libertad de seguir con sus parrandas, el aludido hizo todos los trámites para el divorcio; pero la señora Cumming se negó a firmar debido a que en un pueblo pequeño como Agare, la mujer divorciada queda prácticamente relegada de la vida social. Además, al no tener hijos, Ruth Cumming perdería cualquier derecho sobre la granja, la cual pertenece a la familia de su esposo. Fastidiado porque su esposa no le daba el divorcio, decidió obligarla y a finales de abril, Burton golpeó a su esposa, exigiéndole el divorcio. Fue tal la golpiza, que la señora Cumming llamó a su madre. Esa misma noche, Burton regresó tomado y se encontró con la novedad de que no sólo recibía el sermón de su esposa, sino ¡también el de su suegra! Abrumado por la borrachera, Burton prefirió dormir.
Decidido a todo, al día siguiente habló con el Juez de Paz, diciéndole que su mujer por fin había aceptado el divorcio, sólo que en ese momento se encontraba resfriada, además de que estaba ordenando sus cosas para marcharse de casa y no podía presentarse a firmar. Confiando en la palabra de Burton, que a la vez es su pariente lejano, el Juez decidió prestarle una copia del documento.
ULTIMA ADVERTENCIA
Esa noche, Burton llegó a su casa, donde -como era de esperarse- mujer y suegra le riñeron por su aliento alcohólico y el abandono de sus labores en la granja. Sin esperar más, el rudo granjero puso el acta de divorcio sobre la mesa y pidió a su mujer que la firmara; mas ella se burló, provocando la ira incontrolable del ya de por sí enojado granjero, quien por última vez le repitió que firmara o de lo contrario se arrepentiría. Sin embargo, su esposa, envalentonada acaso por la presencia de su madre, volvió a burlarse de la petición de su marido. La señora Cummings no terminaba de reír, cuando vio a Burton cargar a la suegra y salir con ella de la habitación. ¿A dónde la llevaba? No tuvo que buscar mucho. Su bruto marido estaba en el granero terminando de atar los pies de su suegra. Sin pérdida de tiempo, pasó la cuerda sobre la viga del techo y de un simple jalón la levantó por los aires, dejándola colgada. Ruth no daba crédito a lo que sucedía. En medio del granero, su madre se balanceaba macabramente de un lado a otro, con los pies hacia arriba y los cabellos arrastrando por el piso. Una y otra vez suplicó a Burton que por favor soltara a su madre; pero éste, imperturbable, respondió que la suegra no volvería a pisar tierra firme hasta que ella firmara los papeles de divorcio.
Y así fue: la señora Cummings de inmediato fue por los papeles y los firmó. Cumplido su objetivo, Burton bajó a su suegra y la desató. Con los papeles de divorcio en su bolsillo, se fue a la taberna a festejar con sus cuates su nueva soltería, y hasta ese lugar se presentó la guardia vecinal para detenerlo por la denuncia que hizo su mujer por ¡intento de asesinato! En la celda, Burton fue enterado de que la firma del documento no tenía validez, por la forma tan especial en que la había conseguido; por tanto, seguía estando casado!
HEROE A PESAR DE TODO!
Días después, cuando Burton Cummings fue liberado, grande fue su sorpresa al ser recibido en la cantina en medio de vítores y aclamaciones, por muchos de los hombres casados, no sólo de Agare, sino de poblaciones cercanas, quienes decidieron honrar a Burton como un héroe. Desde entonces, es tal su popularidad que no le faltan tragos. Todos le invitan a beber y le felicitan por su acción, aunque ésta no haya servido de nada y siga casado; pero él confía en que obtendrá el divorcio aunque deba hacer lo mismo. Eso sí, jura que ya no colgará a su suegra de los pies, sino que será a su misma esposa, y lo hará de una parte situada entre la cabeza y el pecho…
Y Créalo o No, Así Fue, como este rudo granjero, colgó a su suegra ‘patas arriba’ para obtener el divorcio… Aunque de nada le haya valido!
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