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‘Mi hijo no aprende como los demás… ¿qué puedo hacer?

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Danny parecía ser un niño sobresaliente. En casa sorprendía a todos con su ocurrente inteligencia. Era muy social y aparentemente mostraba una madurez mucho mayor de acuerdo a su edad. Por tal motivo,

Danny parecía ser un niño sobresaliente. En casa sorprendía a todos con su ocurrente inteligencia. Era muy social y aparentemente mostraba una madurez mucho mayor de acuerdo a su edad. Por tal motivo, en más de una ocasión, tanto familiares como amigos de sus padres, lo llegaron a catalogar como un un niño prodigio. Su mamá se sentía muy orgullosa de él, pero cuando asistió por primera vez a una exposición en la escuela de su hijo, se dio cuenta, para su desilusión, que no aprendía como los demás, tenía algún problema. A sugerencia de la maestra fue a un especialista y allí entendió que su pequeño padecía algo conocido como Trastorno de Aprendizaje.

Así es, Danny de siete años que en casa se desenvolvía de manera sorprendente, en la escuela, era el que más bajas calificaciones tenía y por tal motivo estaba en peligro de reprobar el año. Después de conversar con un especialista recomendado por la consejera de la escuela y varios exámenes, no había duda de que mi hijo tenía un serio problema de aprendizaje”, comenta Teresa. “Entonces entre el psicólogo, la maestra y yo decidimos reunirnos para decidir qué programa de educación especial era apropiado para la niño. Gracias a ello, Danny ahora saca muy buenas calificaciones”, cuenta su madre.

El caso de Teresa no es raro, ni el único. Millones de padres de familia tienen la preocupación de un hijo que, no obstante ser listo y  despierto en casa, se desempeña mal en la escuela, esto debido a lo que los expertos conocen como “trastorno del aprendizaje”. En teoría, se considera que un niño tiene este problema cuando su aprovechamiento está muy por debajo de lo que su consciente intelectual permite esperar, y si este rezago no puede explicarse por una maduración lenta, por falta de motivación, o por alguna enfermedad física o minusvalía, como la sordera. Tan sólo en Estados Unidos, alrededor de 4% de los niños de edad escolar tienen un trastorno del aprendizaje diagnosticado.

También es posible que exista el problema si al niño le cuesta entender lo que se le dice, expresarse verbalmente o hacer operaciones matemáticas.

¿Cómo saber si su hijo tiene ese problema y qué hacer para ayudarlo?

Primero: Esté pendiente de los síntomas: Por regla general, a la edad de seis o siete años el niño ya sabe asociar cada sonido del idioma con cada letra del abecedario, y también tiene noción de lo que técnicamente se llaman límites fonéticos, es decir, que las tres letras de tío, por ejemplo, corresponden cada una a un sonido distinto, aunque estén unidas. Cuando el niño cumple seis años los expertos ya pueden determinar si tendrá dificultad para leer. Sin embargo desde antes si lo desea, usted puede determinar si tiene algún tipo de problema haciéndole decir palabras que rimen con gato. Si el chico ya distingue los sonidos responderá sin dificultad, chato, pato o rato, por ejemplo. También póngalo a prueba con palabras inexistentes o dichas al revés, como nap (“pan “) o lac (“cal”), para ver si reconoce los sonidos de las letras, por separado. Sin embargo, no se inquiete la primera vez que su hijo lea “nos” en vez de “son” o escriba “d” por “b”. La lectura inversa (de derecha a izquierda) y la escritura “de espejo” son comunes entre los niños que están aprendiendo a leer y suelen corregirse en el curso del primer año de escuela.

Acuda al maestro: Si cree usted que su hijo va atrasado en la escuela, hable con el maestro, que convive todos los días con él y es, por lo mismo, la persona más apta para juzgar si su aprovechamiento es normal. Dígale con franqueza: “Me parece que mi hijo no está aprendiendo como es debido”. Sin duda el maestro estará en posibilidad de disipar o confirmar sus temores. Haga preguntas concretas sobre las deficiencias que haya usted observado. Ejemplo: que el niño no sea capaz de seguir instrucciones múltiples como “Saca tu libro, ábrelo en la página siete y copia lo que está escrito ahí en una hoja de papel”. Esta incapacidad podría indicar una deficiencia de la interpretación auditiva; es decir, la facultad del cerebro de recordar y comprender las señales que le transmite el oído. La deficiencia auditiva constituye otro trastorno del aprendizaje.

Instruya al niño en casa: Los padres de familia tienen muchas oportunidades de enseñar cosas a sus hijos. Por ejemplo, puede usted pegar letras ó número magnéticos en la puerta del refrigerador y formar con ellas distintas palabras u operaciones para que el niño las diga o resuelva. Siga leyéndole cuentos y rimas al niño aunque haya aprendido a leer. Busque ayuda externa: Si a pesar de todo su hijo no supera sus dificultades, pida a las autoridades escolares que le recomienden maestros de educación especial, instructores de lectura, terapeutas del lenguaje u otros especialistas. No se dé por vencido: Charles Shwab no es sino un ejemplo de las muchas personas que, no obstante haber sufrido un trastorno del aprendizaje en la infancia, alcanzaron un éxito notable en la vida. La lista incluye a Nelson Rockefeller, que llegó a ser vicepresidente de Estados Unidos, al novelista John Irving y a la actriz de cine Cher. Se dice incluso que Albert Einstein tuvo un trastorno del aprendizaje, pero no cabe duda de que más adelante recuperó el atraso…. Y como ellos, si ustedes se lo proponen, su hijo también podrá recuperarse de su atraso!

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