Todas las mujeres tenemos un reloj interno con la necesidad de ser madres, unas más desarrollado que otras, y se siente una frustración enorme cuando la persona con la que estamos compartiendo la vida nos dice: ‘No quiero’, ‘No estoy preparado’ o ‘No es el momento’.
Las excusas y los argumentos pueden ser muchos, pero en ocasiones el deseo de ser madre termina convirtiéndose en una ilusión, que no sabemos si algún día llegará.
Nosotras comenzamos a cuestionarnos si es posible seguir juntos, cuando no hay un acuerdo en un tema como este.
Resulta imposible generalizar sobre las causas que pueden hacer que un hombre no quiera tener un hijo con la mujer que dice amar. Así, por ejemplo, según los especialistas, terapeutas de parejas, los motivos son muchos y muy variados. “Lo más importante, en cualquiera de los casos, es que la pareja se abra a un diálogo franco en el que cada uno logre explicar qué fantasías y temores le despierta la idea del hijo”.
Muchos hombres confiesan -desde el comienzo mismo de la relación y por distintas razones- su deseo de no tener hijos. Y es ahí donde nosotras mantenemos la ilusión de que en algún momento podremos hacer cambiar ese deseo. Otros, quizás más sutiles, dicen: “no, al menos por ahora”. Y son justamente ese tipo de casos los que resultan más desconcertantes, ya que para muchos varones el momento de ser papás, aparentemente, no llega nunca. Siempre hay un nuevo logro profesional que obtener, una hipotética mejoría económica que nunca llega, un viaje más que hacer “nosotros dos solos” o simplemente no están dispuestos a compartir el tiempo que tienen con nosotras con un hijo, en este caso es un egoísmo único por no compartir tu tiempo y amor.
Para algunos hombres es muy difícil entender que el amor que nosotras sentimos por ellos no se compara con el que sentimos por un hijo.
Si bien es cierto que para los hombres el reloj biológico no es un factor a tener en cuenta, en el caso de la mujer -sobre todo si ronda en los 30 años- una alerta roja empieza a sonar con fuerza. El embarazo es poco menos que ahora o nunca. Es entonces cuando muchos hombres empiezan a retroceder y, eventualmente, incluso optan por cortar la relación.
Es ahí donde nos preguntarnos ¿Qué puede impulsar a un hombre a querer tener un hijo, o a renegar de la paternidad cuando le hacemos un planteo concreto de tener un bebé?.
Los especialistas aseguran que, todo depende del tipo de vínculo que una a esa pareja y también las historias personales de cada uno. “Así, por ejemplo, el miedo del hombre puede basarse en un temor a un compromiso mayor en la relación, que a partir de un hijo ya se siente como definitiva”. En otras ocasiones -sobre todo en el caso de personalidades inseguras- aparecen el egoísmo y los celos, ya que se teme que el bebé capte todo el interés de la madre y anule el amor que ésta siente por su pareja.
También influye el temor a que su actual situación económico- laboral le impida asumir la manutención de un hijo. Considerar apresurado el tener hijos cuando la pareja no ha disfrutado el suficiente tiempo de novios y amantes puede ser otra razón de peso. Otra posibilidad es que el rechazo a tener un hijo se deba a que la paternidad reviva en ese hombre conflictos que se remontan hasta su propia infancia y que él -consciente o inconscientemente- no desea repetir con su propio hijo.
En ocasiones con una conversación no basta y se hace indispensable la asistencia de un profesional para que nos ayude y podamos entender el porqué de la negativa a formar una familia. Para muchos hombres el negarse a ser padres es por miedo a la responsabilidad, a la pérdida de libertad, al no tener toda tu atención, incluso también traumas de niños que traen muy guardados en su corazón.
Si estás en una situación así, nunca creas en que vas a lograr que cambie, porque eso nunca llegará. Tú como mujer tienes que analizar muy bien qué es lo que más deseas: ¿Tener un hijo o mantener tu relación?
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