Aunque el presidente ha insistido en que la frontera está cerrada, la falta de claridad en su promesa de crear “un sistema de asilo humano” ha propiciado un vacío de información y dado lugar a rumores de que se les permitiría la entrada.
Desinformados, miles de migrantes llegan a la frontera norte de México albergando falsas esperanzas de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, permitirá la libre entrada al país en cualquier momento y sin previo aviso.
Muchos esperan que se les permita la entrada después de pedir asilo, pero la Administración Biden ha dejado claro que por el momento sólo se procesarán las solicitudes de aquellos que ya tienen casos abiertos y estaban esperando en el lado mexicano de la frontera bajo el programa ‘Quédate en México’, mismo que ha sido eliminado.
En total, son 26,000 solicitantes de asilo que todavía tienen casos activos los que podrán ingresar al país por la cancelación del programa creado por la Administración Trump. Unos 2,100 ya han cruzado por tres puertos de entrada fronterizos de San Diego, California, y El Paso y Brownsville, en Texas.
Biden puso fin a algunas de las políticas fronterizas más duras de su antecesor, Donald Trump. Propuso un camino hacia la ciudadanía para las personas que residen ilegalmente en el país y prometió en una orden ejecutiva “crear un sistema de asilo humano”.
Pero ni él ni sus asesores han esbozado cuál será el nuevo enfoque del asilo ni han dicho cuándo se dará a conocer, creando un vacío de información y dando lugar a rumores sin sustento de que se permitiría la entrada a los migrantes.
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La insistencia de Biden de que este no es el momento para que los migrantes vengan a la frontera ha sido desoída en medio de la confusión que provocaron los cambios migratorios.
“Le vengo pidiendo a Dios para que inmigración me deje entrar”, dijo a Noticias Telemundo Ruth Bautista, migrante hondureña que cruzó el Río Bravo la madrugada del sábado con la esperanza de que la dejaran quedarse en Estados Unidos para reunirse con su hijo de 12 años.
“Nos engañaron”, dijo al diario The New York Times un padre de familia centroamericano que buscaba emigrar a Estados Unidos, pero que terminó siendo devuelto a México en Ciudad Juárez, Chihuahua, a más de 600 millas de Reynosa, Tamaulipas, donde había solicitado el asilo originalmente. “¡Prometieron que nos iban a ayudar!”, lamentó otro migrante rechazado.
Para el ciudadano hondureño Edgar Benjamín Paz, el anuncio de febrero sobre el fin de ‘Quedate en México’ y la nueva orden de que los migrantes que participaban en este programa serían liberados en Estados Unidos para continuar con su trámite en libertad fue la causa de que muchos se confundieran y creyeran erróneamente que la frontera estaba “abierta”.
“El campamento es un centro de desinformación. Nadie sabe lo que está sucediendo”, dijo Paz a The Associated Press.
Tan solo en febrero, la Patrulla Fronteriza aprehendió a más de 100,000 personas que entraron de manera irregular al país, muchos de ellos niños no acompañados de sus padres.
“Nuestro mensaje ha sido sencillo y directo. Y es cierto. La frontera está cerrada. Estamos expulsando familias. Estamos expulsando a adultos solteros. Y hemos tomado la decisión de no expulsar a los niños pequeños y vulnerables”, dijo este domingo a nuestra cadena hermana NBC News el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Los republicanos han culpado al cambio en las políticas migratorias que implementó Biden de lo que califican como una crisis en la frontera. En particular, por permitir detener la expulsión automática de los menores no acompañados, lo que ha llevado a un aumento de este tipo de cruces.
Actualmente, hay 10,800 niños migrantes bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos y otros 4,878 niños más bajo el cuidado de Protección Fronteriza y Aduanas, según datos obtenidos por NBC News. En total, hay más de 15,600 menores bajo custodia del Gobierno.
Las críticas a la Administración también han llegado desde el mismo Partido Demócrata, donde algunos se han quejado de la ambigüedad del mensaje para quienes buscan migrar a Estados Unidos y la confusión que ha provocado.
“Es muy claro que tenemos un mensaje incorrecto y que se está tomando incorrecto en Centroamérica y que nos está impactando en nuestra frontera. Creo que el viaje ahorita es inseguro y que el mensaje debe ser que no es el momento”, opinó Vicente González, representante demócrata por Texas.
Mayorkas también ha sido criticado por no permitir el acceso de la prensa durante sus dos visitas a la frontera ni a los centros de detención donde se encuentran los menores no acompañados. El secretario de Seguridad Nacional ha dicho en respuesta que no hay ningún tipo de orden que evite que los funcionarios de la agencia hablen con periodistas y que la pandemia de coronavirus impone restricciones a las visitas en los centros de detención.
Por su parte, defensores de los derechos humanos de los migrantes, aunque aplauden que la Administración busque darles un trato más humano, aseguran que el Gobierno no estaba preparado.
“Nosotros acá en la frontera desde diciembre advertimos a la Administración de esta posible situación. De hecho, les pedimos que vinieron a hacer un recorrido a principios de año”, dijo Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
Con información de The Associated Press, NBC News, The Washington Post, y The New York Times.
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