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No digas a tus hijos lo que deben hacer… “Enséñales con tu ejemplo”

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A veces los padres se afanan en tratar de enseñar a sus hijos normas de conducta o valores éticos, morales o espirituales y les dicen mil cosas de cómo hacerlo; pero olvidan que ellos son perfectos imitadores, por eso…

  Los niños necesitan unos valores de base para de-sarrollarse como personas e integrarse armoniosamente en la sociedad. En cada hogar, según la cultura o la opción religiosa, los padres pueden elegir de forma personal los principios éticos, morales y espirituales que quieren inculcar a sus niños, pero como fondo educativo, existen un conjunto de valores que persisten ajenos a las modas y para cuya transmisión se hace necesario predicar con el ejemplo desde el seno de la familia, el lugar en el que el niño recibe el alimento para toda su persona, en cuerpo y alma.

  Aquí tienes unos consejos o recomendaciones que pueden ayudarte en esa importante labor educativa y que pueden facilitarte esta tarea:

«•»  Un hecho sirve de ejemplo y cala más que mil sermones
  Todos los psicólogos coinciden en afirmar que los niños imitan lo que ven cotidianamente, así que las conductas que queramos inculcarles a nuestros hijos primero hemos de tenerlas asumidas como habituales en nuestra manera de ser y estar…  ¿Quieres que ellos se interesen por la lectura?, que te vean leyendo. ¿Quieres que dejen un poco de ver televisión o video juegos?… que no te vean a cada momento frente al televisor, sino haciendo alguna actividad o prestándoles atención a ellos.

Se nos puede llenar la boca hablando de tolerancia e igualdad entre los seres humanos y luego mostrar una total falta de respeto por las opiniones de nuestro hijo, o hacer diferencia entre los hermanos según su género de sexo.

«•» Aprovecha las situaciones reflejadas en los cuentos, o películas para hablar de valores y comportamientos
 Suele ser más fácil hablar de los propios sentimientos tomando como referencia un personaje de un libro o el protagonista de una serie de televisión, y los padres pueden aprovechar estos momentos para conversar con el niño sobre cómo se siente ante los diferentes conflictos y circunstancias de dichos personajes.

«•» El amor y el apoyo no son incompatibles con normas que marcan ciertos límites de conducta
 Desde muy pequeños los niños deben sentir que aunque les riñamos les seguimos queriendo, y deben de ir conociendo, según su edad, las normas de comportamiento que en el núcleo familiar deben respetarse. Debemos de reforzar el sentido del castigo con explicaciones que nuestro hijo pueda entender, en relación a las malas consecuencias de su conducta, pero también hemos de recordar mostrarle nuestra satisfacción cada vez que el niño se esfuerza por cumplir las normas que hemos establecido.

«•» Pon en práctica hábitos ecológicos
  La vida en las grandes ciudades no nos permite a la gran mayoría de los ciudadanos todo el contacto con la naturaleza que desearíamos. Sin embargo, cada vez nos hacemos más conscientes de la importancia de respetar el medio ambiente y es un valor que muchos deseamos transmitir a los niños. Empieza en casa, incorporando pequeños hábitos ecológicos. Clasifica las basuras, recicla, y recupera la tradición de generaciones pasadas de agradecer los alimentos que vas a comer. Estas sencillas costumbres nos ayudan a grandes y pequeños porque nos recuerdan que formamos parte del Universo en toda su grandeza.

«•» Enséñales responsabilidad dándoles responsabilidades acordes con su edad
 Déjales cooperar valorando sobre todo su disposición y no exactamente los resultados de su tarea. Los niños tienen su propia percepción del tiempo y no siempre coincide con el ajetreado ritmo de los adultos. Tu hijo puede necesitar un buen rato para ordenar algo que tú organizarías en un momento, pero lo importante a valorar será el grado de responsabilidad que asume por la realización de la tarea encomendada, las habilidades ya las irá mejorando con la práctica.

«•» Una fina lluvia de enseñanzas
 Dar las gracias, pedir disculpas, solicitar por favor, respetar el turno en las conversaciones, saber escuchar, ser consecuentes con las propias ideas y defenderlas con seguridad, pero sin agresividad ante los demás. Son muchas las oportunidades que nos ofrece la vida cotidiana para mostrar a nuestros hijos actitudes que queremos inculcarles.

«•» Trabajando por la paz
 Ser justos y reflexionar sobre las propias actitudes o saber perdonar son conductas que favorecen la convivencia. Deja que tu hijo vea cómo eres capaz de hacer las paces con un amigo después de un malentendido, o con un familiar con el que se había creado alguna desavenencia.

  Estas son solo algunas cuantas cosas que puedes hacer para no sólo predicar, sino “enseñar con el ejemplo”, los valores que verdaderamente quieres inculcar a tus hijos.

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