Amiga lectora, déjeme contarle que en mi pubertad y debido a la vergüenza que sentía cuando mis pechos iban creciendo, tenía la tendencia a caminar encorvada hacia adelante.
Amiga lectora, déjeme contarle que en mi pubertad y debido a la vergüenza que sentía cuando mis pechos iban creciendo, tenía la tendencia a caminar encorvada hacia adelante. Afortunadamente y gracias a mi instructora de danza clásica es que me liberé de ese mal hábito que se me estaba formando.
Ella tuvo mucho cuidado en estarme corrigiendo, regañando y motivando. Siempre me decía: “Es una vergüenza para una bailarina de ballet, la mala postura. Es imperdonable bajo ninguna circunstancia!”
Y aunque no llegué a ser una bailarina de ballet, agradezco a esta maestra que me haya inculcado (aunque a veces a punta de “reglazos” en la espalda…) el hábito de la postura correcta al caminar.
Pareciera increíble que un detalle tan sencillo como lo es el caminar erguido sea la solución de algunos problemas de salud e inclusive de estética corporal. Pero es absolutamente cierto, por eso a continuación le voy a enumerar algunos de esos detalles y lo positivo del buen hábito. Por ejemplo:
Una postura encorvada no le viene bien a nadie, pues además de todos los malestares físicos y antiestéticos ésta también contribuye a dar una pobre imagen de sí mismo. Refleja falta de autoestima y muy poca personalidad. Timidez es otra característica que se asocia con la mala postura.
Por supuesto que sus problemas y complejos psicológicos no van a ser resueltos con levantar la cabeza y caminar erguido, pero si es como dicen que “a la acción siempre le sigue una reacción (o resultado)”… definitivamente que mejorará lo que usted vea de sí misma. Si no me cree, haga la prueba! Y recuerde que si tiene algo que preguntar sobre belleza, salud y/o nutrición, no dude en llamarme al (323)-771-0082.
¡Hasta la próxima! Su consejera: Laura Díaz Campbell
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