Respuesta para nuestro amigo encarcelado

 Salir avante de problemas no es sencillo, en especial si no se cuenta con ayuda. Por eso la “Doctora Consejos”, es una sección que espera ser una guía para quienes no encuentran la salida. El caso de hoy es:

Por: Doctora Consejos

Queridos Lectores:
 En semanas pasadas publicamos el caso de José Alberto, a quien sentenciaron a 241 años de cárcel por haber cometido un robo.

  En esa publicación hicimos un llamado a los lectores que quisieran escribirle para ayudarlo o simplemente para ofrecerle amistad.

  Es un gusto para esta columnista informarles que la respuesta de ustedes fue muy buena.

 Varios lectores extendieron su mano franca de amistad y aliento para José Alberto. Una lectora, incluso, envió timbres, papel para escribir y sobres para este lector que está en prisión. Todas las cartas recibidas han sido enviadas.

 Gracias por su generosidad y buen corazón.
— La Doctora Consejos

Querida Dra. Consejos:
  Con muchísimo gusto te escribo esta carta, deseando que al recibirla te encuentres bien.

  Soy un hombre de 40 años de edad y estoy prisionero de por vida. Me sentenciaron a 241 años de cárcel y pienso que mi sentencia fue injusta. Injusta porque hay personas que asesinan y sólo reciben 10 ó 15 años de sentencia, yo no maté, ni siquiera herí a nadie, simplemente fui acusado de robo, mi máxima sentencia era de 14 años, pero de un momento a otro, encontré al juez enojado y me sentenció a 241 años de prisión.

   Ahora estoy apelando mi caso, pero como no tengo apoyo de nadie, no he podido avanzar mucho. Tengo dos hijos, uno de 17 años y una de 18, pero no tengo comunicación con ellos. Los únicos parientes que tengo aquí en EU son muy desidiosos y no quieren o no pueden ayudarme, tengo un gran favor que pedirte, Doctora Consejos: publica mi carta a ver si hay alguna buena mujer que quiera ayudarme.

  Sólo necesito a alguien afuera que me escuche y me ayude en los trámites de mi apelación.

  Anhelo con todo mi corazón que vuelvan revisar mi caso para así recibir una sentencia justa.
  No quiero seguir soñando de por vida con mi libertad. Muchas gracias.           — José Alberto