El Día Mundial de la Salud Mental se celebra anualmente el 10 de octubre, esta fecha tiene como objetivo crear conciencia sobre los problemas de salud mental, promover el bienestar mental de la sociedad y abogar por un mejor acceso a la atención de la salud mental.
Entre los problemas de salud mental encontramos el suicidio, una tragedia que afecta a millones de personas anualmente. No es solo la consecuencia de problemas mentales, sino el resultado de una compleja interacción de factores. Según la Organización Mundial de la Salud (2014), más de 800,000 personas mueren por suicidio cada año, convirtiéndolo en la décima causa de muerte a nivel global.
FACTORES RELEVANTES
El suicidio involucra múltiples factores de riesgo, como eventos estresantes (pérdidas o desempleo), trastornos mentales (depresión, bipolaridad), estigmatización social, abuso de sustancias y acceso a medios letales.
PROCESO DEL SUICIDIO
El suicidio es un proceso que incluye tres fases: ideación, comunicación y conducta. La ideación es el primer paso, seguido por la expresión verbal o no verbal del deseo de suicidarse, un punto crucial para la intervención. La conducta es el intento o realización del acto.
MITOS QUE DIFICULTAN LA PREVENCIÓN
Uno de los mayores obstáculos son los mitos sobre el suicidio, como pensar que “quien quiere suicidarse no lo dice” o que “hablar del tema puede incitarlo”. En realidad, muchas personas comunican sus pensamientos y hablar del tema puede ser una forma efectiva de ayudar.
PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN
No es necesario ser profesional para prevenir el suicidio. Escuchar a las personas en crisis y conectarles con los recursos adecuados puede salvar vidas. La prevención también incluye mejorar la calidad de vida y el acceso a servicios de salud.
MÉTODOS EFICACES
Entre los programas de intervención, destaca la terapia dialéctica conductual de Marsha Linehan para el trastorno límite de la personalidad, que ha reducido los intentos de suicidio. La terapia cognitiva y la activación conductual también han demostrado eficacia en reducir la ideación suicida.
La mejora en el bienestar general, el apoyo social y el tratamiento de problemas subyacentes son fundamentales para reducir el riesgo de suicidio.
Con texto de laredhispana.org
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