¿Te has topado con algún hombre que te empieza a coquetear con su esposa a un lado? A eso se le podría llamar cinismo, pero peor aún cuando descubres a tu pareja conquistando a la vecina se escucha
¿Te has topado con algún hombre que te empieza a coquetear con su esposa a un lado? A eso se le podría llamar cinismo, pero peor aún cuando descubres a tu pareja conquistando a la vecina se escucha increíble, sin embargo y por desgracia, ninguna mujer está exenta de que le suceda esto.
Cierto es que hay mujeres coquetas, de hecho la mayoría lo somos, pero la diferencia es que la mujer, casi siempre lo hace porque le gusta lucirse y que la halaguen, en cambio el hombre coqueto, trata de conquistar, por eso, este artículo está dirigido a las mujeres que tienen un hombre con esas características.
Tener un marido, novio o pareja coqueto es un problema que se debe a diferentes factores, como la inseguridad, la falta de compromiso por parte del hombre o en muchas de las ocasiones es porque la pareja no tiene bien definido el tipo de relación que quieren ambos, explica la psicóloga y terapeuta Lourdes Toledo.
“En una pareja, al momento de formar la relación, se necesita establecer qué tipo de relación deseas, porque en realidad las hay diferentes: libres, sin compromisos o tradicionales; aunque hoy se den otro tipo de relaciones, porque en la época contemporánea existen muchas variantes de la relación como las de madres solteras, parejas libres, familiares reconstruidas, etc., es entonces, cuando la pareja tiene la opción de casarse y no tiene la suficiente capacidad de compromiso, suelen coquetear”, explica Toledo.
Esta actitud también representa conductas que demuestran principalmente falta de respeto, y en cierta forma es una tendencia a la infidelidad; las razones de estas conductas es inseguridad y una necesidad de reafirmar la masculinidad. Ahora que hay de coqueteos a coqueteos, aunque la afectación a la pareja es la misma, puede ser que el hombre sea de los que se ‘comen’ con los ojos a toda mujer que ven y hasta se atreven a decirles alguna que otra cosa, hasta el extremo de hacer proposiciones, evidentemente, no frente a la esposa, aunque algunos no lo pueden disimular y lo hacen delante de la esposa.
Este tipo de hombres son el resultado de una falta de entrega y desamor hacia la pareja; y no lo dude, porque de que los hay, los hay. En realidad, es algo así como una incapacidad para entrar en la intimidad, y por el miedo de comprometerse con alguien y solidificar algo afectivo, ofrecer fidelidad y nunca gastar energía retroalimentándose con otras personas. Eso demuestra falta de madurez y miedo para entregarse en la relación y algo de inseguridad, al principio te bastaba el reconocimiento de la pareja y ahora necesita un poco más. Pero aquí lo más confuso es el papel de la mujer. A la hora de que el marido le está echando unas miradas conquistadoras a la vecina, la comunicación es la base para fortalecer la relación.
“Estas conductas no deben dejar pasarse y la mujer necesita poner un límite y un alto bien firme, pues de lo contrario el resentimiento, los celos y la apatía pueden acabar con la relación; hay que hablarlo directamente y pedir respeto, pero no sólo eso sino que hay que ir al fondo para ver qué le está faltando a la relación, que el hombre tiene que andar al acecho de otras”, recomienda Toledo. Definitivamente, no es conveniente actuar de la misma manera que el hombre, para regresarle la misma ofensa, porque entonces la mujer se estaría degradando y dando una imagen que pueda meterla en problemas. Como dice el dicho: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
Con esta conducta de los hombres, la mujer se siente menospreciada, lastimada en su orgullo, poco atractiva para la pareja, y puede desencadenar una crisis de celos. “La actitud que debe tomar la mujer es dejar bien claro qué es lo que esperas, porque si dejas que se vaya dando, la relación se puede distanciar muchísimo; la comunicación es fundamental y este tipo de problemas puede evitarse cuando se compromete muy bien la pareja y tomas la relación como responsabilidad”, explica la terapeuta. En el caso de asistir a reuniones, conviene advertir que no le vas a permitir una falta de respeto, y es mejor permanecer al lado de la pareja para que se dé cuenta que debe mantener el autocontrol. “Hay que ser bien explícitas en decir exactamente las conductas que molestan, para pedirle que no las vuelva a repetir, por ejemplo, si es de los que acostumbran ‘chulear’ a la comadre, hay que decirle claramente ‘no me gusta que lo hagas y te pido que sea la última vez que lo haces’, y así cualquier comportamiento o hasta rompimiento matrimonial”, dice Toledo.
Además de atender el problema directamente mediante la comunicación, conviene que la mujer se refuerce con una apariencia atractiva y seductora, haciendo cambios con frecuencia en el peinado, ropa, perfume, y sobre todo el carácter amable. En pocas palabras, una de las mejores armas que tiene toda mujer contra un marido coqueto, al margen de los consejos anteriores, es arreglarse más y lucir mejor!
Por: Sylvia I. Q.
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine