Querida Doctora Consejos:
Este es un grito desesperado de ayuda de mí para usted. Por favor no ponga mi nombre, nadie que me conoce creería que me pasa lo que me está pasando.
Verá usted, soy una mujer que todos podrían decir que lo tengo todo, tengo mi novio con el que me llevo muy bien, una carrera con la que gano muy buen dinero, un coche nuevo y mis ahorros, todos dicen que soy bonita, pero al verme en el espejo, me veo fea, flaca y siempre pienso que tengo a todos engañados porque no valgo nada, que si mi novio me conociera de verdad, no me tendría cariño.
Cada vez me estoy alejando más de las personas y hasta he pensado en quitarme la vida, no sé cómo explicarlo, no tengo ningún motivo para estar así, pero a la vez, mi mente siempre me está diciendo que no valgo nada y que más valdría que me muriera. Me da vergüenza hablar de esto, porque la gente que me conoce se sorprendería de saber lo que pienso.
No tengo a quien acudir, por favor ayúdeme, me siento lo peor de lo peor.
Firma: — Un Cero a la Izquierda
Querida Cero a la Izquierda:
Hay una vieja leyenda de los indios nativos americanos que dice que un abuelo le está contando a su nieto que dentro de cada ser humano hay dos lobos. Uno que es destructivo, dañino y que siempre busca matarte, y el otro que es gentil, amable y que siempre busca hacerte feliz.
Según el abuelo, los dos lobos siempre están en lucha uno contra el otro, porque ambos quieren dominar al ser humano en el que viven. El nieto, con ojos abiertos por el asombro, le pregunta al abuelo: “¿Y cuál lobo gana?”, el abuelo le contesta: “Gana el lobo al que tú alimentes”.
Yo veo claramente a los dos lobos luchando en tu mente, el que te dice que no vales nada y el que te dice que no tienes razón para pensar así.
En mi opinión tú estás dejando ganar al lobo destructivo; para revertir la situación solamente tienes que callar al lobo malo y empezar a escuchar al lobo bueno. Algo que te ayudaría mucho es comprar una libreta y en la primera página poner la fecha del día de hoy, después haz una lista de cinco bendiciones. Al día siguiente haces lo mismo, con el paso de los días notarás que cada día te es más fácil pensar en las bendiciones que tienes.
La magia de este ejercicio es que entre más bendiciones cuentes, más bendiciones recibes.
Antes de despedirme quiero decirte algo: no sientas miedo de pedir ayuda, acude a tu médico y dile lo que te pasa, él puede checar que no haya ninguna causa física para tu depresión, acude también a Neuróticos Anónimos, ahí encontrarás a mucha gente que sufre al igual que tú y que está dispuesta a ayudarte con herramientas poderosas. Y vuelve a escribirme, que me daría gusto saber que tu lista de bendiciones sigue creciendo. Te deseo buena suerte
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