Se habla mucho, aunque poco se haga, de la necesidad de fortalecer el sistema inmunológico de nuestro organismo.
Aunque entendemos inmune como fuerte, en realidad inmune (del latín in munus, sin carga) significa que alguien te ha declarado libre de ciertas cargas, cargos u obligaciones. Hoy asociamos inmune, más que nada con estar libre, o bien protegido contra enfermedades, virológicas, bacterianas, veteranas, reales, imaginarias… contagiosas y no. Para defendernos de algunas enfermedades existen vacunas, pero para la mayoría de las enfermedades existe un sistema de defensa en el organismo, todo un poderoso ejército que tenemos para atacar a todos los ‘enemigos’ que se cuelan a nuestro organismo en el aire, en el agua, en los mismos alimentos. Pero de tanto luchar y destruir ejércitos de enemigos de nuestro organismo, nuestros órganos se van cansando y envejeciendo y a todos nos llega un día en que tal o cual órgano ya no funciona bien, ya no asiste a las necesidades del, en otros tiempos, fuerte y poderoso ejército que nos defendía de todas la enfermedades, y así sucede que ya los riñones no funcionan, que los pulmones están muy débiles, que esto y que lo otro… Hasta que el corazón se va deteniendo, arrastra la cobija, arrastra los pies, hasta que un día da el ultimo latido, estiramos la pata y nos morimos, pero eso sí, nuestro organismo siempre en la batalla, siempre luchando.
Todavía no hay vacuna contra la muerte, y como dijo don Teofilito, ni la habrá… Porque todo tiene remedio, menos la muerte.
Y es que en la vida no se busca ser inmune a la muerte, ni siquiera al sufrimiento ni al dolor, se trata de vivir feliz, se trata de convertirnos en seres plenamente racionales, de manera que vivamos felices en convivencia con los demás en este mundo… y si hay vida eterna podamos ser capaces de amar y de ser felices en el más allá… Si no hubiera más allá, porque nunca hubo o porque ya estuviera lleno, pues con mayor razón hay que vivir felices en el más acá………Sería lo más sensato ¿a poco no? Si vas a vivir pocos años, pues a vivirlos bien felices y contentos.
Y si vas a vivir una eternidad, qué caso tiene arruinarte la existencia mortal peleando por tarugadas, siendo que esta vida va a durar un rato, nomás un rato. Lo racional es prepararte para vivir feliz la eternidad, porque una eternidad infeliz ha de ser insoportable ¿o qué? Y ¿sabes una cosa?, lo que hace infeliz la vida en el más acá son las mentiras, el engaño… Son infelices los que viven engañados y son infelices los que viven engañando. Y el mundo se divide prácticamente en esas dos clases de individuos: los que engañan y los que son engañados. Los que engañan, se engañan a sí mismos creyendo que son felices y poderosos porque pueden engañar a los demás. Los engañados ni siquiera se dan cuenta que son infelices porque los engañaron diciéndoles que como viven es como se debe vivir. ¿Quién es feliz entonces en esta vida? Creo yo que el que lleva bien firmes las riendas de su existencia ese es feliz, o por lo menos tiene el campo libre y la capacidad para ser feliz. ¿Cómo se llevan las riendas de la propia existencia? Buscando la verdad y ajustando tu vida a la verdad, pero a la verdad que tú descubras no a la que impongan otros como verdadera… No creas todo lo que se te dice, porque al creyente muy fácilmente se le puede engañar…. porque acepta sin saber….. En cambio, al sabio no se le puede engañar tan fácilmente, porque el sabio siempre lleva por delante el escudo de la duda. Ese debe ser tu sistema inmunológico contra el engaño, LA DUDA, no aceptes como verdadero nada que no haya pasado por el filtro de la duda.
Unos con toda la intención para lograr algún beneficio, otros creyendo que te hacen un bien, pero son muchos los que quieren que aceptes sus opiniones, sus “verdades”, y aceptar verdades ajenas es un virus que puede matar el espíritu. Porque solo podrás vivir en verdadera paz y felicidad cuando vivas conforme a tus verdades, no conforme a verdades ajenas….Sólo entonces podrás decir que vives verdaderamente. Fortalece tu sistema inmunológico contra el engaño, desarrollando tu sentido de crítica, es decir, tu buen juicio, la lógica, la racionalidad.. tu humanidad… y lleva siempre delante de ti el escudo de LA DUDA
Nunca aceptes piezas que no encajen con las que ya aceptaste y sentaste como verdaderas en tu cerebro, y esas revísalas de cuando en cuando.
Salud y Saludos
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