Los términos folato y ácido fólico suelen usarse indistintamente para designar a una vitamina del grupo B, la vitamina B9.
La primera sustancia se encuentra naturalmente en hortalizas de hojas verdes, frutas cítricas y alubias (frijoles), mientras que la segunda es un folato sintético, presente en suplementos y que se añade a los alimentos fortificados, informa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (MedlinePlus).
La vitamina B-9, componente esencial de las vitaminas prenatales, es un nutriente esencial durante el comienzo de la gestación, para reducir el riesgo de que el bebé sufra defectos de nacimiento, según la Clínica Mayo (Minnesota. EE.UU.).
Desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses apuntan que los defectos de nacimiento del cerebro y la columna vertebral (espina bífida y anencefalia) ocurren durante las primeras semanas del embarazo; frecuentemente, antes de que la mujer sepa que está embarazada.
“Para cuando se dé cuenta de que está embarazada, podría ser demasiado tarde para prevenir estos defectos de nacimiento. Además, un elevado porcentaje de los embarazos, alrededor de la mitad en los Estados Unidos, no son planeados” añaden.
ÁCIDO FÓLICO Y FOLATO.
Por estas razones “es importante que todas las mujeres que puedan quedar embarazadas se aseguren de tomar ácido fólico todos los días, aún cuando no tengan ningún plan de quedar embarazadas en el futuro cercano”, según los CDC.
Según esta fuente, el cuerpo no usa el folato con la misma facilidad con la que usa el ácido fólico, y además es difícil comer a diario alimentos con alto contenido de esta vitamina, en una cantidad suficiente como para ayudar a prevenir los defectos del tubo neural.
Por eso “las mujeres que puedan quedar embarazadas deben consumir 400 microgramos (mcg) de ácido fólico, además de comer una variedad de alimentos ricos en folato natural”, aconsejan.
El ácido fólico es un componente habitual de los suplementos multivitámicos en forma de líquido o pastillas deglutibles o masticables, y de los cereales de desayuno enriquecidos, que algunos de los cuales pueden cubrir el requerimiento diario de esta vitamina, con una sola porción, según el CDC.
La vitamina B-9 ayuda al desarrollo normal del feto y a reducir el riesgo de defectos de nacimiento en el cerebro y la espina dorsal
Para acordarse de tomar la vitamina, sugieren ingerirla todos los días a la misma hora, por ejemplo al desayunar, salir de la ducha o cepillarse el cabello, así tener el frasco de vitaminas a la vista en el baño o la cocina, de acuerdo a esta misma fuente.
400 microgramos diarios.
Para este organismo, la mujer que pueda quedar embarazada (ya sea que lo planee o no) necesita solamente 400 microgramos (mcg) de ácido fólico al día, además de comer alimentos ricos en folato, aunque el médico podría recomendarle que tome una dosis más alta, en ciertos casos, por ejemplo si ha tenido previamente un embarazo afectado por un defecto del tubo neural, según el CDC.
Por su parte, la Clínica Mayo (www.mayoclinic.org/es-es) considera que a las mujeres adultas, que planean un embarazo o podrían quedar embarazadas, “se les debe aconsejar que tomen de 400 a 1.000 mcg de ácido fólico por día”.
La cantidad máxima recomendada de ácido fólico durante el embarazo o la lactancia es 1000 mcg al día para mayores de 18 años, según MedlinePlus.
Algunas investigaciones sugieren que tomar ácido fólico en dosis mucho mayores, en torno a 1 miligramo (mg), al día podría aumentar el riesgo de cáncer o de ataque cardíaco, en personas con antecedentes de estas enfermedades.
Un microgramo equivale a la millonésima parte de un gramo, mientras que un miligramo es la milésima parte de un gramo.
“El tubo neural es el `primer borrador´ del cerebro y la médula espinal y su formación –que se produce en las primeras semanas de gestación- , es uno de los pasos más importantes en el desarrollo del embrión, ya que a partir de esta estructura precursora se desarrollará el sistema nervioso del bebé”, explican desde el Centro Gutenberg, de Ecografía y Medicina Fetal.
Además de intervenir en la producción y mantenimiento de células nuevas, la vitamina B9 actúan en conjunto con las vitaminas C y B12, que ayudan a formar la proteína responsable del hierro, contribuyendo así a prevenir la anemia, según explica Laura Lázaro, responsable de marketing en España de Lansinoh, firma especializada en maternidad y lactancia (www.lansinoh.es).
Esta vitamina está presente “principalmente en verduras de hoja verde como espinacas, berros, rúcula, brócoli, canónigos o alcachofas, y también en cereales integrales como la avena, el arroz o la quinoa, frutas como el aguacate, plátano o papaya, así como semillas y frutos secos”, según enumera Lázaro.
Según esta portavoz “la forma más segura de saber si se tiene un déficit de ácido fólico, es mediante un análisis de sangre”. No obstante, hay una serie de síntomas que pueden alertar a la mujer de una posible deficiencia de este nutriente, lo que puede llevar a que el médico le prescriba un suplemento con esta vitamina.
Algunos de los principales síntomas son: dolores de cabeza y mareos, palidez extrema en la piel, náuseas, vómitos y diarreas, falta de concentración y pérdida de memoria, sensación permanente de cansancio, tensión sanguínea elevada, irritación y dolores corporales, según el equipo asesor de Lansinoh.
Pablo Gutman. EFE Reportajes
Foto LeClan/Lansinoh.
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