Hace algunas semanas recibí la visita de un funcionario del gobierno mexicano para hacerle una entrevista en los estudios de Azteca América. Llegó puntual a la cita, así que platicamos cordialmente du
“…Los hombres que tienen los mismos vicios se sostienen mutuamente…” Juvenal, Poeta romano.
Hace algunas semanas recibí la visita de un funcionario del gobierno mexicano para hacerle una entrevista en los estudios de Azteca América. Llegó puntual a la cita, así que platicamos cordialmente durante algunos minutos antes de comenzar la transmisión en vivo del Noticiero vespertino. Recuerdo que en aquella ocasión, la nota principal era la ola de ejecuciones relacionadas con el narco en Tijuana, Baja California. Y como no hay -por fortuna- quien me dicte una “línea editorial” en ese sentido, comencé el espacio dedicando los primeros minutos al clima de terror que provoca el consumo y tráfico de drogas ante la incapacidad de las autoridades municipales, estatales y federales de aquel país para resolver ese gravísimo problema. De reojo, pude apreciar como cambiaba y enrojecía la cara del funcionario cuyo nombre y cargo voy a guardarme, porque no es su persona el motivo de mi comentario de hoy. A nadie le gusta que le digan sus verdades. Pero así como señalamos, la ineficiencia del gobierno mexicano frente a los poderosos cárteles de la droga, quizás ya vaya siendo hora también de pedirle cuentas al gobierno de Estados Unidos en el espinoso tema del narcotráfico.
Ya se ha dicho hasta el cansancio que para que haya tráfico de estupefacientes sobre todo a través de las fronteras con México, es porque aquí, de este lado, hay millones de consumidores dispuestos a gastar muchísimo dinero en mantener sus vicios. Conocemos también de sobra, las caras y los nombres de los principales capos del narco. Sabemos también de sus rivalidades y zonas de cobertura. Pero, ¿cuándo ha escuchado usted que nos digan quiénes son los grandes importadores de la droga en la Unión Americana? A la fecha, nadie nos ha dicho quiénes son aquí, en Estados Unidos, los principales socios y distribuidores del cartel del Golfo, del de Sinaloa, del de Juárez, del de Tijuana o incluso del de los Zetas además de los colombianos. ¿Será que en verdad aún no los tienen identificados?
Mientras esto no se lleve a cabo, de poco servirían por ejemplo los 1,400 millones de dólares de ayuda de Washington al Gobierno de Felipe Calderón como parte del famoso “Plan Mérida” encaminado precisamente a lograr una mayor colaboración entre ambos países en contra del narco. De poco servirán también los más de 30 mil soldados mexicanos que actualmente participan en el combate a los carteles y que por el contrario, corren el riesgo de contaminarse y corromperse atraídos por el dinero fácil del negocio sucio. Las recientes capturas y extradiciones de peligrosos narcos detenidos en México, así como las recientes ejecuciones de altos mandos de las distintas policías, son a decir de los especialistas en el tema, señal de que a las grandes organizaciones del narco en ese país les están pegando duro los operativos ordenados por Calderón…. Digan lo que digan…. ¿no sería bueno comenzar a ver ese mismo tipo de señales por parte de George W. Bush?
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