Cuando Miguelito, de dos años de edad, se despertó tosiendo una mañana, su madre pensó que tenía un resfriado. Pero el chico, normalmente muy energético, estuvo cansado todo el día y siguió tosiendo, con un resuello ruidoso. A las cuatro de la tarde, sus labios estaban azules y se lo llevaron de emergencia al hospital. A Miguelito, como a muchos otros niños hispanos en los Estados Unidos, le diagnosticaron asma.
El asma, una inflamación crónica de las vías respiratorias que conducen a los pulmones, afecta a 5,3 millones de niños menores de 18 años de edad, y posiblemente el 20% de todos los niños hispanos de 6 meses a 11 años de edad. Según la American Lung Association (ALA), los casos subieron un 60% entre 1992 y 2004 entre los estadounidenses en general.
La inflamación se produce por alergia, infecciones respiratorias de virus e irritantes transportados por el aire. Estas son causas comunes a las áreas pobres de las ciudades donde muchas familias hispanas residen. Algunos estudios de ALA sugieren que los niños hispanos de madres hispanoamericanas pueden tener una predisposición genética para la enfermedad.
Los resuellos ruidosos que caracterizan el asma pueden pasar inadvertidos a menudo. A cualquier niño que tosa con frecuencia o que tenga infecciones respiratorias como pulmonía o bronquitis, lo debe evaluar una especialista para el asma. La opresión de pecho, el toser después de correr o llorar y tos durante la noche son otros síntomas a vigilar. Los bebés suelen tener tos ruidosa, respiración rápida, resfriados de pecho excesivos y quizá estén irritados por opresión de pecho.
El asma no se puede curar, pero evitar los factores que lo provocan puede mejorar considerablemente la condición de tu hijo. Se debe quitar de la casa cualquier cosa que le cause alergia a tu hijo -como polvo, mohos, animales doméstico o polen de las plantas. No dejes que se fume en casa y usa almohadas, ropa de cama y muebles que no contengan plumas ni capoc (una fibra sedosa extraída del algodón).
Si no tienes aire acondicionado, considera la posibilidad de invertir en un purificador de aire de eficiencia alta para la habitación de tu hijo. En vez de levantar el polvo al barrer, usa toallas que atraen electromagnéticamente el polvo y otras partículas transportadas por el aire, como Swiffer, que está disponible en la sección de limpieza en las tiendas.
¿Sabías que incluso las cucarachas pueden causar alergias que producen asma? Para reducir al mínimo la exposición, no dejes comida ni migas por la casa, lava las botellas y latas bien antes de botarlos o reciclarlas, usa trampas que sean resistentes a los niños y pasa la aspiradora a menudo para quitar el polvo.
El asma puede afectar de manera permanente a los niños y hasta ser fatal, así que es importante consultar con el médico de tu hijo y diseñar un buen plan para controlar el asma.
No intentes tratar al niño con medicinas sin receta.
Aprende cómo controlar el asma de tu hijo y la mejor manera de administrar medicinas tales como dilatadores bronquiales y píldoras. Acuérdate de pensar de manera positiva. A menudo los niños mejoran a medida que crecen. Aprender a controlar su enfermedad ayuda a los niños en su desarrollo personal. La mayoría puede participar plenamente en deportes y otras actividades y algunos -como la nadadora olímpica Amy Van Dyken y Jerome Bettis, el jugador de fútbol americano de los Pittsburgh Steelers- hasta llegan a ser atletas de categoría mundial.
Para recibir información sobre el asma, llama al
1-877-4ALLSTAR (1-877-425-5782)
Asthma All-Stars es una campaña educativa organizada por Allergy and Asthma Network/Mothers of Asthmatics, Inc. y otras organizaciones de salud. Para comunicarte con AANMA, llama al 1-800-878-4403 o visita su sitio web: www.aanma.org.
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